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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado


MARINO MUÑOZ LAGOS

<hr><u><h2>MARINO MUÑOZ LAGOS</u></h2>

UN POETA DEL SUR DE CHILE



Por Aristóteles España

Marino Muñoz Lagos nació en Mulchén en 1925. Su poesía representa la nostalgia, la recuperación de un tiempo que fue, la crónica de seres y cosas que pasan por la vida y se desvanecen como la lluvia en medio del campo o de una calle. Testigo de las tempestades del austro, de las auroras, por su canto es posible descifrar como el mundo que se detiene avanza por límites donde el hombre está a la intemperie y, desolado, contempla el devenir del futuro, de todas las ausencias: Ramón Díaz Eterovic dice que “los versos de Muñoz Lagos tienen al mismo tiempo la suavidad de la nieve y el ímpetu del viento que ha acompañado su andar magallánico”.

Conocimos al poeta en la década del 70, en tertulias en casa de Silvestre Fugellie, Osvaldo Wegmann, en visitas a su hogar, en rincones citadinos de Punta Arenas, la ciudad adoptiva.

Su presencia siempre nos ha acompañado a través de la lectura de sus libros y crónicas sobre poetas desconocidos. Autor de un memorable poema “Retrato vivo de mi padre muerto”, que era declamado con ímpetu por Rolando Cárdenas en Santiago y recomendado en sus cátedras y academias por Mario Ferrero, Luis Merino Reyes, Gonzalo Drago.

Sin duda que su obra más poderosa es “Los rostros de la lluvia” (Premio Municipal de Santiago, 1971).

En este texto el poeta explora el entorno de un paisaje metafísico de la patagonia y de sus mundos atávicos. Inventa una patria literaria a través de la cual describe la cotidianidad como un perfecto artesano y cada verso tiene una finalidad y un ritmo que muy pocos autores pueden lograr.

En este libro el poeta juega con las imágenes como trompos o volantines que se enredan con las nubes y hace gala de un profundo sentido de la meditación y del arte de contemplar el mundo en el más absoluto silencio de las abstracciones.

Andrés Sabella decía “que la poética de Marino, en el extremo de la patria, exige ojos avizores y bocas capaces de contener cuanto deslumbramiento acontece en tales mundos de confines y orígenes”.
Amigo de Pablo Neruda, Pablo de Rocka, Nicomedes Guzmán, nuestro poeta se transformó con los años en un referente de esos mundos australes a través de su presencia activa en los periódicos y revistas del país. Traducido a varios idiomas, su obra permanecerá en la memoria cotidiana como la de un autor que le cantó a la vida desde un ángulo poco recurrido por sus contemporáneos: la contemplación de paisajes llenos de nieve y ventiscas, con enormes barcos que venían de lejanos naufragios, observando desde las cubiertas a lobos de mar heridos por el hielo y la muerte, con restos de embarcaciones cuyos ojos traían los gritos desolados de seres míticos que alguna vez poblaron las soledades de Lacolet, en el sur del sur del mundo.

Francisco Coloane nos decía que el gran mérito de Marino Muñoz Lagos era haber descubierto una zona escritural donde el paisaje de Magallanes era un territorio inexpugnable y, por lo mismo, sólo podía vivir en el poema, en los anchos parajes que fueron habitados por milodones, torres de piedra y nieve que alguna vez visitó con el gran poeta ruso Eugenio Evtuchenko y el mismo autor de “El Ultimo Grumete de la Baquedano” en Ultima Esperanza.

Desde el año 2002 es miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua en Punta Arenas.

4 comentarios

juan gallardo -

Hola
es para mi un honor saber que existen mas escritores de la tierra en la vivo, bueno mi peticion va por el lado de saber si es posible poder contactarse con don Marino, pues aca en la comuna no es conocido para nada, mal que mal nadie es profeta en su tierra

Anónimo -

Tote:
manda señas, señales de humo.

alberto subiabre Vera -

Vivì en Punta Arenas y conocì al poeta Muñoz Lagos. Su libro "Los rostros de la lluvia" es sensacional.

heriberto becerra -

escribo del norte de chile y es poco lo que conocemos sobre este poeta chileno que vive en la patagonia