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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado


PABLO NERUDA Y MAGALLANES

<h2><hr><u>PABLO NERUDA Y MAGALLANES</h2></u> Revista Impactos - Año 3 N° 25 Punta Arenas, 5 de octubre de 1991.

Ricardo Eliezer Neftalí Reyes Basoalto, a quien el mundo conocería como Pablo Neruda, nació en Parral el 12 de julio de 1904. Sus padres fueron José del Carmen Reyes Morales y Rosa Neftalí Basoalto Opazo. Esta última falleció cuando su hijo tenía sólo dos meses. Ante la tragedia su abuelastra, Encarnación Parada, le buscó un ama de leche para la alimentación, oficio que cumplió María Luisa Leiva. Muy niño Pablo Neruda se trasladó a Temuco, acompañando a su padre y su nueva compañera: Trinidad Candia Marverde, la "Mamadre" como la llamaría el poeta. Desde que publicara su primer trabajo en prosa, en julio de 1917 en el diario La Mañana de Temuco, desarrolló una prolífica producción literaria, que tuvo su cúspide en 1971 al ser distinguido con el Premio Nobel de Literatura. Magallanes también estuvo presente en su obra y en más de una oportunidad se preocupó de la situación de los trabajadores de esta tierra. Valga la pena recordar, como anécdota, la actitud que tuvo siendo senador para resolver el asunto de "Ponsomby", donde se pretendía parcelar las tierras dejándolas en manos de una decena de personas en vez de favorecer a ochenta o más familias. Neruda, que estuvo de paso en la zona, llamó a Don Antonio Kusanovic y le pidió que accediera a permutar su estancia por "Ponsomby", para así atender la solicitud de la población puntarenense. Kusanovic obtuvo de sus socios el acuerdo y entregó a Pablo Neruda su aceptación por escrito. Cuando el poeta llegó a Santiago había sido dictada la "Ley Maldita", por lo que debió abandonar el país. Así se esfumó la posibilidad de permuta. En "Canto General" Neruda escribió sobre Magallanes. Hoy, como un homenaje al escritor que falleciera el 23 de septiembre de 1973, quizás por la pena que lo embargó ante el golpe militar que destruyó sus anhelos, "Impactos" publica sus versos:

DESPIERTO DE PRONTO EN LA NOCHE
PENSANDO EN EL EXTREMO SUR


Viene el día y me dice: "Oyes
el agua lenta, el agua,
el agua,
sobre la Patagonia?"
Y yo contesto: "Sí, señor, escucho".
Viene el día y me dice: "Una oveja salvaje
lejos, en la región, lame el color helado
de una piedra. ¿No escuchas el balido, no reconoces
el vendaval azul en cuyas manos
la luna es una copa, no ves la tropa, el dedo
rencoroso del viento
tocar la ola y la vida con su anillo vacío?"

RECUERDO LA SOLEDAD DEL ESTRECHO

La larga noche, el pino, vienen adonde voy.
Y se transforma el ácido sordo, la fatiga,
la tapa del tonel, cuanto tengo en la vida.
Una gota de nieve llora y llora en mi puerta
mostrando su vestido claro y desvencijado
de pequeño cometa que me busca y solloza.
Nadie mira la ráfaga, la extensión, el aullido
del aire en las praderas.
Me acerco y digo: vamos. Toco el Sur, desemboco
en la arena, veo la planta seca y negra, todo raíz
y roca,
las islas arañadas por el agua y el cielo,
el Río del Hambre, el Corazón de Ceniza,
el Patio del Mar lúgubre, y donde silba
la solitaria serpiente, donde cava
el último zorro herido y esconde su tesoro sangriento
encuentro la tempestad y su voz de ruptura,
su voz de viejo libro, su boca de cien labios,
algo me dice, algo que el aire devora cada día.

SOLO SE IMPONE LA DESOLACIÓN

Esfera que destroza lentamente la noche, el agua,
el hielo,
extensión combatida por el tiempo y el término,
con su marca violeta, con el final azul
del arco iris salvaje
se sumergen los pies de mi patria en tu sombra
y aúlla y agoniza la rosa triturada.

PATAGONIA

Las focas están pariendo
en la profundidad de las zonas heladas,
en las crepusculares grutas que forman
los últimos hocicos del océano,
las vacas de la Patagonia
se destacan del día
como un tumulto, como un vapor pesado
que levanta en el frío su caliente columna
hacia las soledades.

Desierta eres, América, como una campana:
llena por dentro de un canto que no se eleva,
el pastor, el llanero, el pescador
no tienen una mano, ni una oreja, ni un piano,
ni una mejilla cerca: la luna los vigila,
la extensión los aumenta, la noche los acecha,
y un viejo día, lento como los otros, nace.

DE MARES DE CHILE

Mar del Sur, mar océano,
mar, luna misteriosa,
por Imperial aterrador de robles,
por Chiloé a la sangre asegurado
y desde Magallanes hasta el límite
todo el silbido de la sal, toda la luna loca,
y el estelar caballo desbocado del hielo.

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