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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado


LOS OLVIDADOS MÚSICOS DEL CORAZÓN

<h2><hr><u>LOS OLVIDADOS MÚSICOS DEL CORAZÓN</h2></u>
Dibujo: Carpani


Fuente: Patagonia Mía

“Perfumes de rosas de la calle Prat
donde se toma whisky con champagne”



En el número anterior de Patagonia Mía hicimos referencia a cómo se divertían los natalinos en los años cuarenta, cuando ni siquiera existía el alumbrado público y domiciliario. Esta ciudad estaba habitada fundamentalmente por obreros que se desempeñaban en las labores de los frigoríficos y estancias además de los mineros que trabajaban en el mineral de Río Turbio.

En aquellos tiempos el índice de masculinidad era notoriamente más alto que ahora. Muchos hombres solos llegaban a Natales los fines de semana. Para ellos debía haber diversión. Surgieron los bailes en los diferentes clubes deportivos y sociales. La realización de tres y cuatros bailes los fines de semana requería de una dotación de músicos y los hubo muchos y de calidad. A aquellos intérpretes les llamamos Los músicos del Pensamiento Libre. Esta denominación obedece a un momento, dentro del baile, anunciado por el baterista en donde las mujeres podían elegir un bailarín. Esta costumbre no se registra en el resto de Chile de los años cuarenta y puede ser influencia cultural de nuestra cercanía con Argentina, o bien, ella fue traída por emigrantes ingleses y escoceses que abundaron en Ultima Esperanza. También en nuestra crónica anterior hicimos referencia a los Músicos Marciales. Ellos datan de los años cuando se creó el primer Orfeón para animar las ceremonias sociales y patrióticas en el naciente territorio. En aquellos años no había destacamento militar en Puerto Natales. Ello no impedía muestras de patriotismo en todas las celebraciones patrias. No olvidemos que debido a una falta de visión del centralismo, Ultima Esperanza estuvo expuesta a ser ocupada por la Marina Argentina, dando lugar a la defensa del territorio para Chile de parte del colono alemán Herman Kruger.

Ahora le toca el turno a los músicos de la bohemia natalina. Ellos alegraron el corazón de muchos desdichados que llegaban a Natales desde los solitarios puestos ganaderos y de los lúgubres pabellones de solteros de Río Turbio. Fueron los testigos del desahogo de las pasiones humanas más bajas. Con sus ritmos románticos hicieron languidecer en tabaco y alcohol a muchas campesinas nortinas que llegaban a rehacer su vida a la Patagonia. Ellos también celebraron la partida del “ambiente” de aquellas mujeres de corazones solitarios que junto a un natalino siguieron recorriendo la vida y se quedaron para siempre.

ALEGRÍA Y LUJURIA

Alberto Melitón Ojeda
es uno de los pocos músicos sobrevivientes de aquellos que alegraron el barrio pecaminoso, ubicado en la calle Prat a una cuadra de las monjitas de María Auxiliadora.

Conversamos largamente con Alberto, la semana pasada, en un día muy lluvioso en Natales. Pronto a cumplir los ochenta años, dice sentirse muy solo en el interior de una casa fría y desvencijada en la calle Chorrillos. Ya no sale a la calle, y en la soledad de una pieza muy pobre resuenan aún en sus recuerdos las noches de alegrías y de lujurias de los años 30 y 40. Cuando tenía apenas catorce años compró un bandoneón muy deteriorado, después de dos años de práctica lo dominaba como el mejor. A los 16 años junto al baterista Luis Díaz y al guitarrista Armando Quinán dan forma al conjunto Los Bohemios. Era el año 1938 cuando fueron contratados para animar las noches del cabaret de doña Candelaria Catriao.

LA NOCHE ES JOVEN

En el sector funcionaban otros “quilombitos”, como el Royal, el Viña del Mar, la Casa de la finá Cañas, el Moulin Rouge y el Shangai con un promedio de 8 a 10 asiladas. La mayoría de las niñas venían del norte del país. Como este era un territorio de “hombres solos, la mayoría de ellas rápidamente se casaban con muy buen resultado ya que incluso las venían a buscar argentinos del mineral del Río Turbio” rememora nuestro informante.

A don Alberto no le cuesta recordar a los otros músicos del ambiente, pues entre ellos había buena comunicación. Por lo demás cada prostíbulo tenía su orquesta. Si se trata de elegir al mejor pianista, el número puesto era Mario Hinojosa, murió de un infarto frente a los teclados del Moulin Rouge. De los trompetistas se queda con Timón, de vez en cuando se juntaban para tocar con bandoneón y trompeta “España Cañí”, un exitazo aplaudido hasta el cansancio en los salones...”a timón la bohemia le carcomió los pulmones y se fue al bombo” sentencia en términos orquestales.

Pero el show debía continuar y aparecen un tal Vásquez bandeonista del “Moulin Rouge”; en acordeón brillaba Eduardo Sorzona; el violinista Demetrio Cholo Díaz lanzaba sus compases hasta el amanecer junto a Pedrito Perotic frente al piano. Tiene recuerdos borrosos de Hinostroza, del argentino Casado, del Chancha Negra; a lo lejos en una noche de viento pareciera estar escuchando las melodías de “Canaro en París”, “Falsa Moneda”, “Abril en Portugal”, pero Alberto Ojeda, sabe que esos compases sólo pertenecen a su imaginación, producto de su incomunicación con un mundo exterior donde predominan otras costumbres y otros compases.

1 comentario

angelica vargas -

! hola, si alguien lee mi comentario y tiene la informacion que necesito, le ruego que la envie a mi mail urgente....... mi papa es sobrino de la señora " candelaria catriao gonzales ", necesito informacion de ella , en especial de las propiedades que tenia,fotos, etc, etc...... desde ya , muchas gracias !