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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado

antártida sudamericana


TELESUR

<hr><h2><u>TELESUR</h2></u>

UN CANAL PARA “DESALAMBRAR” EL
LATIFUNDIO MEDIÁTICO



Ventura de Jesús – Granma – 25 de Julio de 2005

CARACAS, 24 de julio.—El mandatario Hugo Chávez aseguró que fue el despertar de los pueblos latinoamericanos lo que hizo posible el nacimiento de Telesur, canal que contribuirá a la integración y a elevar nuestra conciencia.

Telesur es parte de ese gran cambio que se aprecia hoy en la región, y que ha hecho posible sueños como Petrosur, Petrocaribe y que mira hacia Petroandina, consorcios energéticos pluriestatales propuestos por Venezuela a los países latinoamericanos, expresó.

Eso es lo que le fastidia al imperio. Los enemigos del desarrollo de nuestros pueblos le temen a eso, comentó el Jefe de Estado al intercambiar telefónicamente con el Consejo Asesor de Telesur este domingo, día de inicio de sus transmisiones desde el Teatro Teresa Carreño.

Aram Aharonian, director general del canal televisivo, sostuvo que Telesur surge para "desalambrar" el latifundio mediático y coadyuvar a la integración continental, como alternativa a la hegemonía comunicacional, al pensamiento y la imagen únicas.

Al argumentar que esta será la mirada latinoamericana sobre la realidad nuestra, con una agenda diferente de la que recibimos del Norte, puso en claro que el monopolio mediático ha tratado de desprendernos de nuestra historia, de que no sepamos de dónde venimos ni hacia dónde vamos.

Andrés Izarra, ministro de Comunicación e Información, explicó que "con el alumbramiento del canal se coloca un adoquín para la construcción de una nueva realidad en Latinoamérica".
Integrantes del Consejo Asesor de Telesur insistieron en precisar los objetivos estratégicos del nuevo canal. El cineasta Fernando "Pino" Solanas anotó que es preciso abrir una ventana que deje ver nuestra historia y nuestra memoria, construida con grandes epopeyas.

El mismo asunto fue abordado por Richard Stallman, creador del concepto software libre o gratuito, quien no solo repudió la enmienda aprobada por el Congreso de los Estados Unidos contra el canal latinoamericano sino que aseguró que es precisamente el pueblo norteamericano el que necesita informaciones desprovistas de falsedades y realidades manipuladas.

Ignacio Ramonet llamó asimismo a la exigencia profesional para ganar la batalla por la soberanía informativa.

RINDEN HONORES AL PADRE DE LA PATRIA

En múltiples escenarios y de diversas formas, el pueblo venezolano rindió honores este domingo al Libertador Simón Bolívar en el aniversario 222 de su natalicio.

El Presidente Hugo Chávez presidió la ceremonia solemne efectuada en el Panteón Nacional en presencia de los representantes de los poderes públicos y personalidades de la nación.


EL LIBRO DE MICHELLE

<hr><h2><u>EL LIBRO DE MICHELLE</h2></u>

(“Michelle”, Ediciones Catalonia, Santiago, 2005)



Por Aristóteles España

Este libro reportaje narrado en distintas voces por las periodistas Elizabeth Subercaseaux y Malú Sierra, ambas de reconocida trayectoria en nuestro país y el extranjero, dan cuenta de un personaje femenino, cuya particularidad principal radica en que apareció de la noche a la mañana convertida de pronto en un ícono que rompió los moldes de la cultura machista imperante en la clase política chilena desde la fundación de la república. Michelle Bachelet es entrevistada con rigor y visión de futuro. Las periodistas dan a conocer su perfil humano poco conocido a nivel nacional e internacional sin los estereotipos que abundan en este tipo de géneros literarios (biografías, testimonios, crónicas, alabanzas a personajes del mundo de la cultura, la política, la televisión) que compiten desde hace décadas con la ficción.

Una doctora de niños, experta en epidemiología, proveniente de una cultura de izquierda desde su adolescencia, hija de un general de la aviación, torturado por sus pares, acusado de traición a la patria y muerto en la cárcel por los esbirros de la dictadura militar. Esta mujer que llegó a ser Ministra de Salud y Defensa en el tercer gobierno de la Concertación se ganó un espacio en la historia del país recorriendo hospitales, juntas de vecinos, pasando revista a las tropas de las FFAA arriba de tanques y aviones y que logró reivindicar el rol de la mujer en un momento de la historia en que los cargos públicos, privados, legislativos, están en manos de personeros que llevan en sus puestos durante décadas sin abrir espacios legítimos a las generaciones de recambio. La irrupción de Michelle en este escenario cambió la fisonomía del país en todos sus ámbitos, ya sea para sus adherentes o adversarios.

El libro no contiene peroratas ideológicas ni políticas, tampoco da recetas de cómo se deben comportar las mujeres en los escenarios públicos. Simplemente cuenta su infancia de clase media, rodeada de amigos que luchaban por un mundo mejor en la década del 70, su afición por la guitarra y las canciones de moda, los días aciagos del golpe de estado, la prisión junto a su madre Angela Jeria en Villa Grimaldi, los duros instantes del padre muerto sin tener donde enterrarlo porque su institución, la masonería, y todos aquellos que fueron sus amigos simplemente se borraron del mapa. Luego el exilio en Australia, Alemania, sus estudios de medicina en este último país, su militancia en la Juventud Socialista, sus amores y desamores como toda persona que es capaz de enfrentar los avatares de la vida cotidiana que no es color de rosa como caricaturizan los diarios de la derecha chilena con las fotos en colores de sus modelos y parlamentarias.

Una de los capítulos más emotivos es su estadía en Villa Grimaldi, la visita intempestiva del General Manuel Contreras y el recuerdo de sus compañeras de celda, Lucrecia Brito, Patricia Guzmán, María de los Angeles Salinas Farfán, Mónica Villanueva, que tenía 16 años, una dentista cuyo nombre se le escapa, María Eugenia Ruiz Tagle y la primera mujer de Alvaro Covácevich. Se ayudaban mutuamente después de las sesiones de interrogatorios. Michelle atendía a las gravemente heridas. Algunas de ellas le contaron que los días de año nuevo fueron violadas por militares borrachos. Ambas estaban embarazadas de siete y ocho meses. Todas tenían miedo. Cuando se abría la puerta de la celda tenían terror. Ese el mérito de este libro. Que logra transmitir emociones, sentimientos. Nadie puede quedar indiferente. No es un texto de propaganda como los que abundan en períodos como el actual. Es un texto para comprender desde un ángulo escritural diferente la vida de cientos de mujeres olvidadas que soportaron las mismas pesadillas de esta doctora en niños que tiene una cabaña en un lago y que puede ser la primera Presidenta en este remoto país así como Gabriela Mistral fue la primera mujer latinoamericana en obtener el Premio Nóbel de Literatura años antes que sus pares en Chile le otorgaran el Premio Nacional.

El texto tiene fotografías de distintas etapas de su vida, la reproducción del manuscrito que el General Bachelet envió a su esposa desde la cárcel pública de Santiago el 22 de febrero de 1974, días antes de su muerte. Y a lo lejos, en medio de la lectura de este libro se escucha el ruido del avión que las condujo junto a su madre al exilio, su paso (en el avión) por Isla de Pascua, las islas Fiji, y la llegada a Sydney donde su hermano Betingo y Patti, su esposa, los esperaban en el aeropuerto. Los abrazos, el saludo del gobierno, del parlamento. Eran las primeras exiliadas chilenas en Australia. El resto, ya es historia.


NÉSTOR KIRCHNER

<hr><h2><u>NÉSTOR KIRCHNER</h2></u>

HOMENAJE A LAS VÍCTIMAS DE LOS
BOMBARDEOS A PLAZA DE MAYO
Casa Rosada, Salón Blanco, 16 de junio de 2005



Autoridades presentes; familiares; amigos; víctimas de ese lamentable 16 de junio: la verdad es que se me hace muy difícil poder hablar después de escuchar a nuestras dos queridas amigas que sintetizan la parte viva y doliente, pero real, de la historia argentina.

Cuando leí tu carta (le habla a Liliana Bacalja) sentí dolor y vergüenza, porque no es un presidente de una ideología, de un partido determinado, quien tendría que haber colocado en el lugar de la historia que merece el 16 de junio de 1955, porque es una piedra angular y un dolor muy grande de todos los argentinos. Cualquier presidente constitucional de todos los argentinos tenía la obligación política y moral de colocarlo en el lugar de la historia, de la memoria, de la justicia que correspondía. (Aplausos)

Pero nos han enseñado a justificar las cosas en la Argentina. Siempre en nombre de la unidad nacional, cualquier hecho que busca la memoria, la justicia y la verdad es un hecho que va contra la unidad de los argentinos. Les puedo asegurar con el corazón en la mano que no tengo ni odios, ni broncas, ni rencores; no soy así, no es mi personalidad esa, sí tengo convicciones, acertadas o equivocadas pero las tengo. (Aplausos)

Leí con mucha profundidad, escuché, analicé qué significaba este 16 de junio. También hay otro tema que los argentinos tenemos que asumir, muchas cosas nos pasaron porque hemos vivido con el miedo en la mano, a ver cómo sobrevivíamos cada uno de nosotros individualmente. Perdimos esa necesidad de conciencia colectiva que debe tener una sociedad para generar los anticuerpos necesarios para que ciertas cosas no pasen, permitimos que pasaran ciertas cosas.

El 16 de junio de 1955 no murieron solamente ciudadanos de un partido determinado, murieron argentinos, chicos que iban en colectivo, hombres y mujeres que por ahí salían a buscar trabajo, a encontrarse con sus familiares, que salían de almorzar; murieron argentinos que por allí estaban de acuerdo con los que tiraban las bombas. Pero la incomprensión, la intolerancia y la irracionalidad de quienes las tiraban ni siquiera ese tipo de cosas alcanzaban a medir, era tal la acción de odio que no importaba.

Defender una idea es algo glorioso, a mí me encanta la gente que tiene ideas y principios, defenderlas con la palabra, con la decisión, con la militancia, con la pasión, eso es lo que le hace falta profundamente a la Argentina. Pero tener la cobardía de defender las ideas y los conceptos con los aviones y las bombas que paga el pueblo, es algo absolutamente inaceptable e intolerable.

Sé que después puedo recibir algunas agudas críticas de aquellos que quieren justificar lo injustificable, pero en nombre tuyo y de todos los familiares que están acá, no como un circunstancial y temporal Presidente de los argentinos -que eso es lo bueno de la democracia, la alternancia, la convivencia, la posibilidad de pensar, de elegir, de debatir, de cambiar- sino como Presidente de los argentinos en
todo su rol institucional, les quiero pedir perdón a las víctimas en nombre del Estado argentino, no en nombre de Néstor Kirchner. (Aplausos)

Les quiero ser sincero, si hablara como Néstor Kirchner estaría diciendo otras cosas, estoy hablando como Presidente de todos los argentinos. La vida no se alimenta de hipocresías, y lo que hago no es una hipocresía sino es asumir con todo respeto el rol formal que me dio todo el pueblo argentino, los que piensan como uno y los que no que no piensan como uno; pero los que piensan como uno y los que no piensan como uno estoy seguro que estamos tomados y abrazados para que estas cosas no sucedan nunca más.

Hoy el Ejército Argentino, nuestro Ejército, descubría una placa recordando a nueve granaderos que murieron ese día (Aplausos), nueve chicos jóvenes, como los del 76, la misma edad, las mismas ganas de vivir, de soñar y de pensar, que en su rol de granaderos honraron a la Nación defendiendo, no a un Presidente determinado, al Presidente votado por el pueblo argentino en esta Casa de Gobierno, haciendo respetar la Constitución. Son nueve granaderos, y por supuesto todos los que estuvieron con ellos en ese regimiento, que han honrado la Nación, y nosotros los argentinos lo reconocemos con total y absoluta claridad. Lo que ha hecho el Ejército Argentino es un acto de absoluta justicia y realmente me honra que tomen este tipo de determinaciones porque es reencontrarse con la historia y con su pueblo. Estas son las cosas que van a hacer encontrar el verdadero cauce institucional que esta Argentina merece.

Como dijo Estela venimos de una semana que es muy importante, porque las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que deshonraban la institucionalidad y la democracia en la Argentina, han sido declaradas inconstitucionales por una Corte independiente, con la que a veces uno coincide con las determinaciones y otras veces no, pero creo que los argentinos tenemos la tranquilidad hoy de que empiece a funcionar la institucionalidad. ue funcionen rápidamente todas las instituciones que componen la justicia, que funcionen la justicia y la memoria y que también se castigue la impunidad. Y que podamos determinar con absoluta claridad quiénes fueron los responsables de esa horrenda dictadura

Costó mucho la lucha que llevaron las Madres, las Abuelas, los Hijos, los Hermanos de Plaza de Mayo. Como quienes cayeron en el 55 en la Plaza de Mayo y en tantos hechos aberrantes que nos tocaron vivir a los argentinos, tuvieron un reconocimiento, es un primer paso. Dios quiera que sigan alumbrando estos pasos para consolidar definitivamente a este país.

Este Salón Blanco fue escenario de cosas y de hechos que han colmado de dolor y han escandalizado a los argentinos. Colmado de dolor por las decisiones que se han tomado, no sólo en gobiernos de facto, sino lamentablemente en gobiernos constitucionales. Por eso en esta tarea de volver a emparentar a la Casa Rosada, en su globalidad, con su pueblo, casa que no pertenece a un gobierno circunstancial, sino al pueblo argentino, es una tarea que hace a la consolidación de una conciencia distinta. Es la casa de todos, la tenemos que honrar y cuidar todos, y tenemos que tratar que cada día entre más aire fresco aquí, porque de esa manera vamos a ir reencontrándonos con la institucionalidad y los argentinos unos con otros.

Dios quiera que nunca más tengamos que ver las horrendas imágenes que vimos en ese bombardeo, que cuando uno lo mira queda como un gesto de asombro y dolor, hasta el grado de la incomprensión, de cómo alguien puede llegar a tomar semejante decisión. Dios quiera que definitivamente en la Argentina, y estoy convencido, estos hechos nunca más se vuelvan a dar.