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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado


PUERTO NATALES: CINES Y TEATROS DE AYER

<hr><h2><u>PUERTO NATALES: CINES Y TEATROS DE AYER</h2></u>

Nuestros queridos cines de ayer:
SENTADO EN LA BUTACA DEL RECUERDO



Por Nelson Danilo Alvarez (*)

Patagonia Mía
- Puerto Natales - Junio de 2005

A sólo cinco años de la fundación de nuestro pueblo pareció haberse comenzado a cultivar la cinematografía, este naciente arte que revolucionaba al mundo de aquélla época y que surgiera en París en 1895 gracias a los Hermanos Lumiere.

Así por ejemplo en 1916 los Sres. Lastenio Lara y Carlos Vargas Saldivia, instalan en calle Bulnes N° 120 (actual Turismo Río Natalis) el primer cinematógrafo mudo, con el nombre de “Selecto”.

Al parecer esto fue un buen negocio, pues dos años después comienza a funcionar el cine teatro “Electra”, en calle Eberhard esquina Barros Arana, el que tuvo una corta existencia, para después en ese lugar dar paso al almacén de Ramos Generales Gafo & Villarroel, de Constantino Gafo López y Benjamín Zamora Villarroel.

En 1920 en el sector en que hoy se emplaza la estación Copec, se inaugura con bombos y platillos el cine “Apolo”, propiedad de los españoles Manuel Iglesias Fraga y Ursino González Vásquez, el que después sería vendido al contador Carlos Roberto Aguirre. Años más tarde Aguirre venderá a la Compañía Stubenrauch para instalar su local comercial, que será arrasado por un incendio en 1931.

FINAL A GUSTO DEL ESPECTADOR

En estos cines los natalinos se deleitaban con filmes mudos, inocentes, que mantenían a la gente expectantes y es por ello que la ambientación de los mismos estaba a cargo de un pianista y/o un violinista que hacían la música acorde con la escena que transcurría en la pantalla. Por ejemplo en una carrera o persecución una música rápida, cuando alguien moría una marcha fúnebre. Para entender este tipo de cine mudo se requería tener mucha imaginación, así todos encontraban un final distinto a la historia. Era muy corriente ver películas del legendario Oeste norteamericano, Eddie Polo en “El León de la Sierra” o el singular Charles Chaplin.

Así las cosas, el 17 de Agosto de 1934 con la exhibición de la película “Cabalgata”, la familia compuesta por Bruno Mattioni Batic su esposa Amelia Predolín e hijas Blanca y Bruna inauguran el cine teatro “Palace”, en calle Barros Arana esquina Eberhard, donde anteriormente había funcionado la casa Comercial Braun & Blanchard, cerrada en 1932 o 33. El local debió ser remozado en su interior manteniendo su fachada original. La madera machihembrada que se utilizó fue adquirida en la barraca de la firma L. L. Jacobs que administraba un vecino de apellido Frangópulos.

LO QUE EL VIENTO SE LLEVÓ

Dirigió la obra el prestigioso constructor Alfredo Rivera Mella, que en su currículum cuenta con la construcción del maderamen de la Iglesia Parroquial, el local de la Municipalidad, muelles y casas pioneras de la Provincia. Este edificio tenía una capacidad de 380 butacas, entre platea baja y alta, a lo que se sumaban diez palcos. Aquí se vieron películas como “La Batalla”, “Drácula”, “Rosario La Cortijera”, “La Rosa del Pantano”, o, anunciada con bombos y platillos, el acontecimiento cinematográfico de todos los tiempos “Lo que el viento se llevó”, para el sábado 17 de Abril de 1943, será presentada exactamente como su estreno en Santiago, siendo la duración del espectáculo de cuatro horas. Las hermanas Blanca y Bruna Mattioni atendían la cafetería del cine y ante el fallecimiento de Bruno en 1941, le sucedió su esposa Amelia en la administración, hasta 1966 cuando asume el cargo Manuel Suárez Arce.

El teatro Palace le dio jerarquía a Natales, que era un pueblo humilde. Comenzaron a exhibirse mejores películas, muchas veces estrenos que eran conseguidos en la Argentina. El cine era el centro de atención y atracción de la muchachada que allí se reunían a empaparse de la magia del séptimo arte. ¡Cuántos idilios se tejieron y cuántas ilusiones se derrumbaron en la platea del recordado caserón!.

En Marzo de 1936 el Sindicato de Campo y Frigoríficos, propietario del Teatro Libertad, adquirió maquinarias para proyectar películas, las que instaló en el referido teatro (Bulnes 120), y que bajo la concesión de Antonio Soto Canalejo y Joaquín González Costa presentaban películas sonoras. Definido como el “Cine de Pueblo”, publicaba en el diario “El Natales” que estaba dotado de un equipo sonoro moderno, a fin de asegurar fidelidad y claridad de sonido de las películas que se exhiben ¡ Habladas en castellano!

Este cine disponía de un amplio salón, totalmente decorado con pinturas de paisajes regionales pintados por el peluquero italiano José Dardo Caniggia Porta. Poseía además gran escenario, telón de fondo y cortinaje de seda.

El fallecido comentarista de cine Dionisio Frangópulos Grandi; recordaría años más tarde... “Ese era el Teatro Obrero, donde había localidades bien definidas: se iba en “banca” o en “silla”. La mitad de la sala contaba con bancos de madera y la parte de atrás con sillas de Viena, que equivalían a nuestra actual platea. Los niños íbamos en banca y pagábamos tres chauchas por la entrada a la matinée”. Películas que hicieron furor en ese cine de aquellos tiempos serían “Sombras de gloria” y “La voluntad del muerto”.

“EL PALACE” EN LLAMAS

Este arte va adquiriendo cada vez más fanáticos, algunos de ellos fueron José Alvano Imperatore, José Iglesias Alvarez y Vicente Ferrer Martínez, que en octubre de 1953 inauguran y forman la Sección Cine 16 mm del club Deportivo Natales, exhibiendo películas en el salón de esa institución, Eberhard 332. La primera cinta proyectada es “Cuesta Abajo”, con la participación del legendario Carlos Gardel. Esa comisión se disuelve en 1955.

Un hecho inesperado golpea fuertemente el corazón de los natalinos, truncando en un par de minutos toda una historia mágica, gloriosa y llena de recuerdos maravillosos. En la noche del 29 de julio de 1969, se desata un voraz incendio que destruye en un cien por ciento la vieja casona que albergaba al Cine Teatro Palace. Las pérdidas son totales, más esto no destruye el ánimo del infatigable administrador del cine, Manuel Suárez Arce, quien el 27 de septiembre del mismo año firma un contrato con el club Deportivo Natales, representado por su presidente Floridor Sobarzo Soto, para arrendar el gimnasio “Manuel Alvarez Ruiz”, propiedad de esa entidad para proyectar películas en él. Esto duró hasta el año 1973 o 74.

Contemporáneo a ello la Congregación Salesiana, en el gimnasio Alberto de Agostini, inaugura un cine sonoro del mismo nombre, el cual será lugar de exhibiciones hasta fines de los años 90. Pero, si estamos hablando de cine, no podemos olvidar al destacado fotógrafo, segundo Administrador del Frigorífico Natales, deportista y activo dirigente de numerosas instituciones de la ciudad, Esteban Alarcón Cáceres, quien en 1939, creó la primera película netamente natalina, o sea filmada y editada en Natales.

NATALINOS AL CINE

Este film tuvo una duración aproximada de siete minutos y mostraba desfiles de partidos políticos, instituciones y actividades realizadas con motivo de la visita que hiciera el 23 de noviembre de ese año el primer Presidente que visitara Natales, Pedro Aguirre Cerda. Esta cinta se exhibió en los salones de la Asamblea Radical. Posteriormente Alarcón siguió captando escenas regionales, en todos los ámbitos, como por ejemplo: el partido de fútbol del “Club Chile” de Punta Arenas con el Deportivo “Natales”; un arreo de animales para el Frigorífico Natales y un curanto de camaradería en Puerto Bories. Además de paseos al sector de Casas Viejas, campañas realizadas por el Grupo de Exploración “Sofanor Parra”y el vapor “Alondra” cargando carne y mercaderías en el muelle de la Ferronave.

Todo este trabajo le significó a su autor casi una hora de filmación. Como reconocimiento a su labor, el día 23 de junio de 1941 se estrenó en el cine Palace el trabajo realizado por Alarcón, bajo el título de “Manchas Movibles en Ultima Esperanza”. A la presentación asistió gran cantidad de vecinos, quienes coincidieron en otorgarle un merecido reconocimiento a este pionero de la cinematografía local.

Posteriormente Alarcón vendió esta cinta a un miembro de la familia Marino, quien sufrió el incendio de su casa, presumiéndose que en este siniestro desapareció esta película. La primera realizada en Puerto Natales.

INVITACIÓN AL BIÓGRAFO

Antes de concluir debemos reconocer que el éxito de Esteban Alarcón, en la cinematografía natalina, no terminó allí, sino que le fue transmitido a su hijo Luis, quien hoy es todo un orgullo no sólo para nuestro pueblo, si no que para un país entero que lo ha posicionado como uno de los mejores actores que dejan su talento en las tablas y la televisión chilena. A quien lo quiera escuchar Luis Alarcón le confiesa su orgullo de ser natalino. Desde el año 2001 está realizando anualmente el Festival de Cine en la Patagonia, que se basa principalmente en proyectar películas recientes en el Monumento Natural Cueva del Milodón, que cada vez va ganando más adeptos, haciendo que el novedoso festival vaya tomando ribetes de carácter internacional.

Así poco a poco el cine en Puerto Natales ha ido cayendo en un triste letargo, disipándose esta sana entretención, dejando una estela de recuerdos avivados ante la majestuosidad de las salas y la inocencia de aquellas viejas películas proyectadas por las también añosas máquinas Kondescope. La televisión, las modernas tecnologías y la comodidad del hogar fueron jugando en contra de este bello arte hasta hacerlo sucumbir en una lenta agonía. Ojalá que en un futuro no lejano alguien se interese por reconstruir alguna pequeña salita cinematográfica. Para que así, al igual como dice una tía “podamos volver a ir al biógrafo”.

(*) El autor es alumno de Enseñanza Media.

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