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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado


HAROLD PINTER, PREMIO NOBEL

<h1><hr><u>HAROLD PINTER, PREMIO NOBEL</h1></u>

Por Aristóteles España
Santiago de Chile – 14 de Octubre de 2005



El dramaturgo, novelista, y poeta inglés Harold Pinter (Londres, 10 de octubre de 1930), obtuvo el Premio Nóbel de Literatura 2005. Este artista es sin duda, el más importante dramaturgo inglés del siglo XX y uno de los más importantes de Europa y el mundo, cuya influencia en América Latina y especialmente en Chile ha sido importante y definitiva especialmente en la Generación de 1950. Comparado con Ibsen en todas las latitudes, en nuestro país el Grupo Ictus llevó a escena en 1962 su obra “Cumpleaños para Stanley” y el año siguiente “El cuidador”, dirigido por Nissim Sharim. En 1995, Willy Semler dirigió “La traición”, tal vez su obra más difundida.

Sus creaciones abarcan mundos desconocidos, el hombre frente a la soledad, árboles que caminan en la memoria de un ciudadano común y corriente, desesperado en busca de dioses que no existen, seres que buscan su destino en medio del caos de la modernidad, el individualismo que aflora a medida que la sociedad se industrializa y globaliza, textos llenos de misterio donde la influencia de Kafka cobra un rol fundamental.

Construyó un “teatro del absurdo” o de “vanguardia” apartándose de Ionesco, sin negarlo, sino aportando otra visión: la del ser humano de las grandes urbes que no encuentran su espacio o territorio donde llevar a cabo sueños, hijos, ideas, proyectos de vida satisfactorios para quienes sueñan con lo mínimo.

En Londres la crítica acuñó el término “teatro de la amenaza” en la década del 60 por el vigor satírico de sus propuestas estéticas, con un lenguaje transgresor, de violencia explícita y misterio metafísico. Por ejemplo en la obra “La habitación”, una mujer casada no quiere bajar al sótano de su casa pues allí vive un extraño, que parece conocerla de otro tiempo, el esposo de la mujer mata a este tipo advenedizo. Toda su producción tiene un corpus verbal que no deja indiferente, mundos llenos de tensión, el dramaturgo inglés controla la comicidad de sus diálogos, provocando angustia en el lector y los espectadores de su teatro que ha sido difundido en más de 120 países.

En su narrativa los silencios abundan para desconcertar el sentido y la regularidad de la trama, sus personajes deambulan por caminos de dolor e incertidumbre. Una de sus obras más difundidas es “El amante” donde una pareja burguesa recurre al adulterio como salida a su incomunicación, y los esposos aparentan llevar una vida divertida que esconde su desencanto.

La farsa y la sátira las maneja en forma magistral, como asimismo la arquitectura del vodevil lleno de humor negro. En este último tiempo se dedicó al teatro político, de denuncia, tuvo problemas con su gobierno, apoyó las causas del Tercer Mundo. Admirador de Salvador Allende, siempre estuvo contra Pinochet y abogó para que sea enjuiciado en Londres. También fue un crítico tenaz de la invasión a Irak por parte del régimen de George Bush. No es casual que sus últimos trabajos tomen como eje la tortura y el poder.

Pinter, hijo de padres judíos, estudió en la Real Academia de Arte Dramático de su país. Recorrió Irlanda interpretando las obras de W. Shakespeare. Hace un par de años decidió dedicarse sólo a escribir poesía. Algunas de sus obras son “”La habitación”; “La fiesta de cumpleaños”; “El amante”; “Cumpleaños para Stanley”; “El cuidador”; “El lenguaje de la montaña”; “El elevador del restaurante”; “El sereno”; “Traición”; “Un tipo de Alaska”; “Polvo eres”. Escribió los guiones de cine “La mujer del teniente francés”; “El último magnate”; “El sirviente”; “El accidente”; estos dos últimos para el director J. Losey. Hace un par de años incursionó como actor junto a la actriz chilena Leonor Varela en el film “El sastre de Panamá”. La semana pasada se anunció que sería actor en una obra de S. Beckett para celebrar los 50 años de la compañía inglesa Royal Court Theatre.

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