LOLITA Y LOS HÉROES DE BORINQUEN
México D.F. Miércoles 3 de marzo de 2004
José Steinsleger
En la cafetería de la Estación Central de Nueva York, tres hombres y una mujer ajustaron los detalles de la causa que los había reunido aquella mañana del primero de marzo de 1954. Los cuatro compraron boletos one way a Washington DC y los cuatro se miraron con los ojos confiados de quienes saben que no habrá retorno.
Horas después, desde una de las galerías del Capitolio, Lolita Lebrón (34 años) empezó a disparar con su pistola al techo del recinto, en tanto Rafael Cancel Miranda (23), Irving Flores Rodríguez (27) y Andrés Figueroa Cordero (29) abrían fuego contra los 243 congresistas en sesión que debatían asuntos de la inmigración ilegal de trabajadores mexicanos.
Lolita desplegó una bandera enorme al grito de Free Puerto Rico now!, ¡Viva Puerto Rico libre! y el mundo quedó estremecido ante un hecho que silenció el ruido de la potentísima bomba de hidrógeno que Estados Unidos había detonado en la madrugada sobre las islas Marshall del Pacífico. Tres demócratas y dos republicanos quedaron heridos.
Desde San Juan, el gobernador colonial Luis Muñoz Marín se solidarizó con el Imperio ante la "canallesca acción". El líder independentista Pedro Albizú Campos (1893-1965), jefe del comando, habló de "acto sublime de heroísmo". ¿Quién tenía razón? Ocupada la isla por el general Nelson.
Miles durante la guerra con España (1898), Estados Unidos impuso a los puertorriqueños la ciudadanía estadunidense (Ley Foraker, 1917) y después aplastó, reprimió, encarceló y asesinó a miles de nacionalistas hasta que en 1952 maquilló el régimen colonial del país convirtiéndolo en Estado libre asociado.
No sólo eso. A inicios de 1930, en consonancia con las prácticas médicas de la Alemania nazi, la Fundación Rockefeller patrocinó los experimentos de un grupo de médicos que inyectaban con elementos radioactivos a campesinos y presos políticos, sin que supiesen que los estaban usando como conejillos de Indias. Albizú Campos, entre ellos. Además trascendió que de 1960 a 1970 la esterilización masiva era rutina de los yanquis entre las mujeres pobres de Puerto Rico.
El comando que hace 50 años atacó el Capitolio no actuó a ciegas. En Naciones Unidas, Washington había logrado que la Asamblea General aprobase una resolución (748-VIII), en la que Puerto Rico quedaba excluido del listado de territorios coloniales sobre los que las potencias administradoras tenían que rendir cuentas ante la administración general. Asimismo, el asiento que aquel 1º de marzo de 1954 se había concedido al Partido Nacionalista (PNP) como observador ante la décima Conferencia de la OEA en Caracas quedó vacío luego que los delegados puertorriqueños no recibieron el visado para entrar a Venezuela, debido a presiones del gobierno estadunidense.
El 30 de octubre de 1950, el PNP dirigido por Albizú Campos se levantó en armas contra el gobierno invasor, proclamando en el pueblo de Jayuya la República Libre y Soberana de Puerto Rico. Los alzados fueron masacrados por aire y tierra y los nacionalistas respondieron atacando Casa Blair en Washington, residencia del presidente Harry Truman, responsable de las bombas atómicas sobre Japón.
Encabezada por Griselio Torresola y Oscar Collazo, la acción causó la muerte del primero y la condena a muerte del segundo, sentencia conmutada por prisión perpetua. Andrés murió de cáncer. Lolita, Irving, Rafael y Collazo pasaron 25 años en prisiones de Estados Unidos y fueron indultados en 1979 por el gobierno de James Carter. El apóstol Albizú Campos, puesto en libertad a inicios de 1960, falleció al poco tiempo a causa de las torturas recibidas.
Ninguno de los sobrevivientes aceptó la libertad bajo fianza y, tras ser liberados, retornaron a su patria, donde la multitud los cargó en hombros. Allí siguen hasta hoy, peleando. En marzo de 2001, a los 81 años, Lolita ingresó al polígono de tiro que la armada yanqui tiene en la isla de Vieques. Citada por un tribunal federal, se negó a comparecer.
"Yo no le reconozco jurisdicción sobre mi persona a ese tribunal", dijo.
No pudieron con ella. En septiembre del mismo año, Lolita fue oradora única en el acto de conmemoración del Grito de Lares (1868), donde manifestó: "El régimen colonial es destructivo para la dignidad del hombre. Es un régimen que corrompe conciencias. Conciencias a las que se le pone precio en oro".
El 1º de marzo de 1954, la policía encontró en su cartera una nota que decía: "Ante Dios y el mundo mi sangre clama por la independencia de Puerto Rico. Mi vida doy por la libertad de mi patria". ¿Algo distinto del "Dadme la libertad o dadme la muerte" de los textos escolares que en Estados Unidos cuentan la gesta de su propia independencia? "Libertad o muerte", rezan las placas de los automóviles que circulan en Massachussets y los estados de Nueva Inglaterra.
José Steinsleger
En la cafetería de la Estación Central de Nueva York, tres hombres y una mujer ajustaron los detalles de la causa que los había reunido aquella mañana del primero de marzo de 1954. Los cuatro compraron boletos one way a Washington DC y los cuatro se miraron con los ojos confiados de quienes saben que no habrá retorno.
Horas después, desde una de las galerías del Capitolio, Lolita Lebrón (34 años) empezó a disparar con su pistola al techo del recinto, en tanto Rafael Cancel Miranda (23), Irving Flores Rodríguez (27) y Andrés Figueroa Cordero (29) abrían fuego contra los 243 congresistas en sesión que debatían asuntos de la inmigración ilegal de trabajadores mexicanos.
Lolita desplegó una bandera enorme al grito de Free Puerto Rico now!, ¡Viva Puerto Rico libre! y el mundo quedó estremecido ante un hecho que silenció el ruido de la potentísima bomba de hidrógeno que Estados Unidos había detonado en la madrugada sobre las islas Marshall del Pacífico. Tres demócratas y dos republicanos quedaron heridos.
Desde San Juan, el gobernador colonial Luis Muñoz Marín se solidarizó con el Imperio ante la "canallesca acción". El líder independentista Pedro Albizú Campos (1893-1965), jefe del comando, habló de "acto sublime de heroísmo". ¿Quién tenía razón? Ocupada la isla por el general Nelson.
Miles durante la guerra con España (1898), Estados Unidos impuso a los puertorriqueños la ciudadanía estadunidense (Ley Foraker, 1917) y después aplastó, reprimió, encarceló y asesinó a miles de nacionalistas hasta que en 1952 maquilló el régimen colonial del país convirtiéndolo en Estado libre asociado.
No sólo eso. A inicios de 1930, en consonancia con las prácticas médicas de la Alemania nazi, la Fundación Rockefeller patrocinó los experimentos de un grupo de médicos que inyectaban con elementos radioactivos a campesinos y presos políticos, sin que supiesen que los estaban usando como conejillos de Indias. Albizú Campos, entre ellos. Además trascendió que de 1960 a 1970 la esterilización masiva era rutina de los yanquis entre las mujeres pobres de Puerto Rico.
El comando que hace 50 años atacó el Capitolio no actuó a ciegas. En Naciones Unidas, Washington había logrado que la Asamblea General aprobase una resolución (748-VIII), en la que Puerto Rico quedaba excluido del listado de territorios coloniales sobre los que las potencias administradoras tenían que rendir cuentas ante la administración general. Asimismo, el asiento que aquel 1º de marzo de 1954 se había concedido al Partido Nacionalista (PNP) como observador ante la décima Conferencia de la OEA en Caracas quedó vacío luego que los delegados puertorriqueños no recibieron el visado para entrar a Venezuela, debido a presiones del gobierno estadunidense.
El 30 de octubre de 1950, el PNP dirigido por Albizú Campos se levantó en armas contra el gobierno invasor, proclamando en el pueblo de Jayuya la República Libre y Soberana de Puerto Rico. Los alzados fueron masacrados por aire y tierra y los nacionalistas respondieron atacando Casa Blair en Washington, residencia del presidente Harry Truman, responsable de las bombas atómicas sobre Japón.
Encabezada por Griselio Torresola y Oscar Collazo, la acción causó la muerte del primero y la condena a muerte del segundo, sentencia conmutada por prisión perpetua. Andrés murió de cáncer. Lolita, Irving, Rafael y Collazo pasaron 25 años en prisiones de Estados Unidos y fueron indultados en 1979 por el gobierno de James Carter. El apóstol Albizú Campos, puesto en libertad a inicios de 1960, falleció al poco tiempo a causa de las torturas recibidas.
Ninguno de los sobrevivientes aceptó la libertad bajo fianza y, tras ser liberados, retornaron a su patria, donde la multitud los cargó en hombros. Allí siguen hasta hoy, peleando. En marzo de 2001, a los 81 años, Lolita ingresó al polígono de tiro que la armada yanqui tiene en la isla de Vieques. Citada por un tribunal federal, se negó a comparecer.
"Yo no le reconozco jurisdicción sobre mi persona a ese tribunal", dijo.
No pudieron con ella. En septiembre del mismo año, Lolita fue oradora única en el acto de conmemoración del Grito de Lares (1868), donde manifestó: "El régimen colonial es destructivo para la dignidad del hombre. Es un régimen que corrompe conciencias. Conciencias a las que se le pone precio en oro".
El 1º de marzo de 1954, la policía encontró en su cartera una nota que decía: "Ante Dios y el mundo mi sangre clama por la independencia de Puerto Rico. Mi vida doy por la libertad de mi patria". ¿Algo distinto del "Dadme la libertad o dadme la muerte" de los textos escolares que en Estados Unidos cuentan la gesta de su propia independencia? "Libertad o muerte", rezan las placas de los automóviles que circulan en Massachussets y los estados de Nueva Inglaterra.
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