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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado


EL "TORO SALVAJE" DE LAS TORRES DEL PAINE

<hr><h2><u>EL &quot;TORO SALVAJE&quot; DE LAS TORRES DEL PAINE</h2></u> Jorge Díaz Bustamante

Las amarillas hojas de un periódico me devuelven la imagen de un hombre de baja estatura, más bien obeso y en guardia de boxeo. Bajo sus pies puedo leer un audaz desafío: "El Loco Ruiz" (como le llamaban) insta a todos los jóvenes de Puerto Natales a una justa deportiva: Una carrera con mochila y armas militares desde la ciudad hasta Morro Chico. ¡Premio para el vencedor!: Su sueldo de todo un mes de trabajado. Nadie aceptó el reto y es que este hombre ya tenía su fama de aguerrido deportista y osado aventurero.
Motivado por esta lectura, nació mi interés por conocer un poco más de su vida y me sumergí en el apasionante mundo del pasado. Lo que se fue ofreciendo a mis ojos me llenó de asombro y comencé a experimentar una gran simpatía por un hombre al que no conocí, pero al que llegué a apreciar en su real dimensión humana.

Muchas veces la vida de un hombre transcurre entre la fantasía y la realidad. A veces ambas se confunden. Creo que esta es una de esas oportunidades, pues el "Loco Ruiz" se nos revela como un personaje singular, que refleja en suma el sentir de toda una época, a la que el velo del tiempo no logró cubrir realmente.

Cierto día en 194... la ciudad de Puerto Natales se engalanó para recibir un circo. Podemos imaginarnos al pequeño poblado alborotado, con sus niños corriendo y dejando volar sus ilusiones, con los payasos repartiendo papeles de propaganda y risas y un viejo león durmiendo en su jaula, indiferente a la curiosidad de los chiquillos. Bajo la vieja carpa circense se inició la función:

-¡Respetaable puúblico, con ustedes...!

Risas, algarabía, el pueblo de fiesta y con una emoción creciente en el público a medida que transcurría la función:

-¡Y ahora queda con ustedes el luchador ruso!... ¡Ben Levin!, vencedor de campeones, mostrando su prodigiosa fuerza.

El número comenzó con Levín rompiendo tablas sólo con la fuerza de sus manos, para continuar doblando fierros sin esfuerzo, levantando pesos descomunales y para finalizar realizando una demostración de lucha libre con su ayudante. ¡El público no salía de su asombro! ¡Pocas veces se había tenido la oportunidad de ver la pericia de un luchador como Ben Levin! Los aplausos y la admiración de los niños premiaron su actuación.
Levin, de pie en medio de la lona, pidió silencio dejando oír su voz de trueno:

-¡Doy quinientos pesos al luchador que me venza!

Los pobladores se miraron, esperando y deseando secretamente que alguien aceptara el reto. Cuando parecía que nada ocurriría, desde un rincón se oyó un grito:

-¡Acepto el desafío!, soy el Toro Salvaje de Torres del Paine.

En la carpa circense nació un silencio sepulcral. Los pobladores contuvieron la respiración cuando los luchadores, en el centro de la lona, se observaban amenazantes. El Toro Salvaje de Torres del Paine resopló furiosamente e inició el ataque. Tomó de la cintura a su rival y lo lanzó a tierra. Ben Levín se escabulló velozmente. La lucha continuó confusa, con el Toro Salvaje atacando y Levin rehuyendo el combate franco.
El público comenzó el abucheo y las risas. Al terminar la contienda niños y adultos, entusiasmados, levantaron al vencedor y corrieron sobre la lona gritando vivas al nuevo héroe.

Desde entonces el "Loco Ruíz", "El Toro Salvaje de Torres del Paine" o la "Fiera Natalina", como se hacía llamar para amedrentar a sus rivales, apareció periódicamente en diarios, lanzando desafíos deeportivos que al parecer nadie aceptaba, pues no se registran crónicas de que ello haya ocurrido.

Un buen día el "Loco Ruíz" desapareció. Nadie lo volvió a ver ni tampoco nadie se preocupó por él, pero la "Fiera Natalina" daría una nueva sorpresa. El encargado de entregarla sería nada menos que Manuel Andrade Leiva, periodista y escritor, quien bajo el seudónimo de Mandradel entregaba sus artículos en diarios y revistas de la Patagonia.

Mandradel se encontraba en Río Gallegos. Allí se entrevistó con el "Loco Ruíz", el que orgulloso le dio a conocer su reciente aventura: ¡Había realizado un raid pedestre desde Puerto Natales a Buenos Aires!

La caminata había comenzado un 20 de mayo de 194..., después de hacer registrar su partida en la gobernación del territorio de Santa Cruz. Podemos imaginarnos al hombre caminando por las desoladas pampas argentinas, soportando el viento, el hambre, el frío, anotando su paso por cada pueblo. Intendencias, puestos policiales y de fuerzas armadas fueron registrando su paso en una libreta que llevaba como bitácora de viaje para certificar la veracidad de su raid. ¡Ahora mostraba orgulloso la documentación a Mandradel, quien, inmediatamente, envió los cables a la revista "Noticias Gráficas" de Punta Arenas y a "El Austral" de Puerto Natales.

En la información se manifestaba además que "por intermedio de dicha revista envío un cordial saludo a mis amigos de Chile, a quienes comunico que próximamente realizaré un raid a pie, esta vez trataré de unir Punta Arenas, la ciudad más austral del mundo, con Lima, la ciudad de los virreyes, capital del Perú". El "Loco Ruíz" no dejaba jamás de sorprender. Siempre un nuevo proyecto, siempre una nueva "locura".

En 195... el Cuerpo de Bomberos de Puerto Natales, realizó un nuevo concurso: elegir "el deportista más popular de Natales". Los clubes llevaron sus favoritos, la vida social del pequeño poblado se agitó, cada uno defendiendo su abanderado. El "Loco Ruíz" venció una vez más y obtuvo el galardón del "Deportista más popular de Natales".
Algo pasó en la vida de Ruíz, apariciones esporádicas, desafíos que a nadie llamaron la atención y su chispa y deseos de competir fueron desapareciendo. Por allí apareció donando premios para un campeonato de fútbol. Siempre el deporte, era su pasión. A pesar de ello la llama se apagó y no se volvió a saber de él.

Me queda una duda en el corazón. Me resisto a creer que haya desaparecido. Pregunto y obtengo vagas respuestas:

-Sí, me acuerdo de él, era medio loco.

-Era chico y gordo. Le gustaba la lucha, pero era buena persona.

Me cuentan un antecedente inimaginable: "El Loco Ruíz", "El Toro Salvaje de Torres del Paine",, el hombre que caminó desde Puerto Natales a Buenos Aires y venció al luchador Ben Levin, era un hombre bueno.

Solía pararse en la esquina de los colegios y regalar su sueldo en lápices y cuadernos a los niños pobres de Natales.

"Impactos" Año 3 Nº 31 Punta Arenas Chile Abril de 1992

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