MOROS EN LA COSTA
Por Aristóteles España
Enrique Moro (Valparaíso, 1956) publicó recientemente su libro antológico Hay un moro en la costa (Ediciones del Gobierno Regional de Valparaíso, 2004). Se trata de una compilación de más de veinte años de actividad poética, de este autor porteño ampliamente conocido en nuestro país y el exterior. El poemario está dividido en 6 capítulos (textos publicados anteriormente) que dan cuenta de sus preocupaciones estéticas e ideológicas. La religiosidad, la muerte, el amor, la ciudad llena de túneles y cerros por donde el hombre camina hacia el olvido que es una barca sin timón, nos dice.
Poesía en el límite de la desesperación y en la búsqueda de mejores días para su pueblo. El poeta conversa con Dios; Señor -le dice- tú sabes el paradero de los desaparecidos / así es tu Gracia /. Infórmanos al comité o a un tribunal cualquiera / nunca tan justo como el tuyo / Pero danos al menos esa tranquilidad.
Poemas con el mundo a su alrededor que giran como un mapamundi en el tiempo. En sus textos hay paisajes desolados, mendigos a la luz de la luna que buscan su alimento en las noches llenas de agua, lodo. A su manera, intercala diálogos con Vallejo, Juan Gelman, Rimbaud. Escribe en el aire, entre las nubes, en la adversidad; el hablante de su libro es un ser indefenso en algunos momentos de la historia de su país; y en otras un personaje que propone dudas, discute, impreca, sueña, en medio de una misteriosa fronda de sonidos musicales; tangos, baladas en la bohemia de un Valparaíso mítico que observa desde su ventana mientras una mujer delgada y triste lo escucha. Al fondo, el mar, las guaridas donde los poetas escuchan los latidos de la muerte que anda vestida de almirante como en los versos de Neruda; o la muerte que canta (esa vieja circunspecta) en la voz de Nicanor Parra.
Poesía política llena de intuiciones, espacios llenos de melancolía, recorren lo largo y ancho de estas páginas llenas del viento porteño; galerías abiertas y repletas de seres solitarios; su visión de mundo tiene el significado de los náufragos que navegan en la noche por los océanos para llegar a puerto seguro con los ojos abiertos y las manos mojadas por el mar que a ratos intentó devorar sus huesos.
En el prólogo, Alejandro Pérez señala: esta poesía no se incuba en las bibliotecas sino en la experiencia de vivir en el riesgo, de vivenciar extremos y excesos de aventurar amores clandestinos y de reivindicar - muy seriamente- el hueveo como factor de lucha. Juan Cameron señala: Estos textos, ahora reunidos para goce del lector son algo más que una mera antología, algo más que una mora antología, constituyen en verdad el rescate de cuanto le hemos escuchado y nos pertenece.
Enrique Moro ha publicado Moro (1980); La bolsa (1983); Gracias Señor (1988); La piedra feliz y otros tangos(1996); Seis canciones (2002) y ahora Hay moro un la costa (2004) con el cual completa un ciclo histórico de toda una vida dedicada a la poesía. El autor publicó en Alemania (1983) una muestra de poesía titulada Diez poetas chilenos, libro que contribuyó a difundir la poesía chilena en Europa. Durante las últimas dos décadas ha sido un animador cultural de la región de Valparaíso, en sus más diversas facetas, organizando eventos musicales, teatrales y literarios.
Enrique Moro (Valparaíso, 1956) publicó recientemente su libro antológico Hay un moro en la costa (Ediciones del Gobierno Regional de Valparaíso, 2004). Se trata de una compilación de más de veinte años de actividad poética, de este autor porteño ampliamente conocido en nuestro país y el exterior. El poemario está dividido en 6 capítulos (textos publicados anteriormente) que dan cuenta de sus preocupaciones estéticas e ideológicas. La religiosidad, la muerte, el amor, la ciudad llena de túneles y cerros por donde el hombre camina hacia el olvido que es una barca sin timón, nos dice.
Poesía en el límite de la desesperación y en la búsqueda de mejores días para su pueblo. El poeta conversa con Dios; Señor -le dice- tú sabes el paradero de los desaparecidos / así es tu Gracia /. Infórmanos al comité o a un tribunal cualquiera / nunca tan justo como el tuyo / Pero danos al menos esa tranquilidad.
Poemas con el mundo a su alrededor que giran como un mapamundi en el tiempo. En sus textos hay paisajes desolados, mendigos a la luz de la luna que buscan su alimento en las noches llenas de agua, lodo. A su manera, intercala diálogos con Vallejo, Juan Gelman, Rimbaud. Escribe en el aire, entre las nubes, en la adversidad; el hablante de su libro es un ser indefenso en algunos momentos de la historia de su país; y en otras un personaje que propone dudas, discute, impreca, sueña, en medio de una misteriosa fronda de sonidos musicales; tangos, baladas en la bohemia de un Valparaíso mítico que observa desde su ventana mientras una mujer delgada y triste lo escucha. Al fondo, el mar, las guaridas donde los poetas escuchan los latidos de la muerte que anda vestida de almirante como en los versos de Neruda; o la muerte que canta (esa vieja circunspecta) en la voz de Nicanor Parra.
Poesía política llena de intuiciones, espacios llenos de melancolía, recorren lo largo y ancho de estas páginas llenas del viento porteño; galerías abiertas y repletas de seres solitarios; su visión de mundo tiene el significado de los náufragos que navegan en la noche por los océanos para llegar a puerto seguro con los ojos abiertos y las manos mojadas por el mar que a ratos intentó devorar sus huesos.
En el prólogo, Alejandro Pérez señala: esta poesía no se incuba en las bibliotecas sino en la experiencia de vivir en el riesgo, de vivenciar extremos y excesos de aventurar amores clandestinos y de reivindicar - muy seriamente- el hueveo como factor de lucha. Juan Cameron señala: Estos textos, ahora reunidos para goce del lector son algo más que una mera antología, algo más que una mora antología, constituyen en verdad el rescate de cuanto le hemos escuchado y nos pertenece.
Enrique Moro ha publicado Moro (1980); La bolsa (1983); Gracias Señor (1988); La piedra feliz y otros tangos(1996); Seis canciones (2002) y ahora Hay moro un la costa (2004) con el cual completa un ciclo histórico de toda una vida dedicada a la poesía. El autor publicó en Alemania (1983) una muestra de poesía titulada Diez poetas chilenos, libro que contribuyó a difundir la poesía chilena en Europa. Durante las últimas dos décadas ha sido un animador cultural de la región de Valparaíso, en sus más diversas facetas, organizando eventos musicales, teatrales y literarios.
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