CARLOS GARDEL
A 70 años de su muerte
No para dar por pensado,
sino para dar en qué pensar
Agenda de Reflexión - Nº 294, Año IV.
Buenos Aires, viernes 24 de junio de 2005
Por Máximo Orsi
Para decir lo que era me sobran las palabras,
su nombre es, y ha sido pregón de las barriadas.
Zorzal en todo cerco de las casitas pobres,
farol en una esquina plateando los zanjones.
Fue su chambergo gaucho y su sonrisa franca
el pasaporte criollo de todas las aduanas.
El le cantó a las novias en suaves serenatas,
y puso en sus murmullos dulzor en las palabras.
Lucía como nadie su estampa bien porteña
porque amasó en cien noches su lírica bohemia.
Desde el salón más rico hasta el boliche más pobre
él siempre fue el "Carlitos" humilde, sin retoques.
Las pibas lo querían, las viejas lo adoraban,
él fue como un lucero en toda madrugada.
De pronto, sin quererlo sintióse golondrina,
y en ese viaje sin retorno se fue con su sonrisa.
Lloraron las guitarras, heridas en sus sones
Cuando calló vencido el as de los cantores.
Pero quedó flameando su nombre cual bandera
porque lo lleva el viento como oración porteña.
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