AZUL Y BLANCO
Por Isabel Lipthay
a Europa
¿he de pisar con incógnitos
pies azules tu suelo?
¿he de golpear con
nudillos congelados
a tu puerta?
¿he de lanzar mi moribundo
aullido en medio
de la nieve
para que me dejes entrar unos
segundos en tu reino,
atisbar maravillas
de vedadas vitrinas,
tus rozagantes
niños yendo a la escuela
ya desayunados?
me asfixio
en este container,
somos muchos
me congelo
no tengo zapatos
no tengo camisa
estoy desnudo
mírame Europa
los labios reventados
de agotamiento
de hambre
de frío
congelado
"no me basta²
me dices sentada al fuego
detrás del vidrio doble
mirándome temblar
sin zapatos
desnudo
sobre la nieve
nada tengo
¿no te basta?
ah sí,
tu misericordia infinita
te alcanza
para enviarme al hospital
unos días hasta que
se descongelen mis pies
y pueda permanecer parado
para contestar tus preguntas,
y mañana me subas
dopado amarrado
a un avión
de regreso a mi pasado
sin futuro
¿en qué te has convertido
Europa?
mírame bien
¿no me reconoces?
soy el mismo que
en tu vacaciones cocina
aquellos platos deliciosos
que muestras a tus amigos
en diapositivas a tu regreso,
el del ajo, los sabrosos
condimentos,
el pescado fresco
sirviéndotelo a orillas
de mi mar,
el que te lleva en bote
a recorrer las grutas,
el de la risa
el de la pensión sencilla
el de la artesanía bella y barata
que hacen durante siglos
los de mi aldea
¿por qué no me reconoces
si allá eres feliz
y entonces tu risa
lo inunda todo?
¿cómo puedes cambiar
así?
casi no te reconozco
en tu soberbia
pero a qué te digo
estas cosas
si me dejarás morir
de cualquier forma,
me dejarás morir
y dirás que fue mía la culpa,
que cómo se me ocurre
desnudarme
sacarme los zapatos
en medio de la nieve
frente a tu ventana
tu sillón tu estufa
tu estética
admítelo
sí, admítelo,
rompo tu estética
con mi pobreza
es tán blanca tu nieve
y vengo yo a ensuciarla
con mis desnudos
pies azules
sin embargo
después que me hayas
forzado al regreso,
seré yo de nuevo
quien ponga aceite
de oliva en tu ensalada
junto al queso de cabra
las aceitunas y el pescado
el próximo verano
bajo las estrellas
a orillas del mar
después que te hayas
bebido todo el sol
del mediodía
seré yo el que cambie
las sencillas sábanas
del lecho en que descanses
en medio de mi sol
de mi gente
de mi pobreza
lo que tu cámara encontrará
exótico de nuevo
y tu risa celebrará todo
y serás otra vez feliz
como siempre,
y harás como si
no me hubieras visto
nunca
con mis desnudos
pies azules
en tu nieve
tan blanca
münster, 10.1.97
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