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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado

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LOS VIÁTICOS AUSTEROS Y SIMBÓLICOS DEL GENERAL

<hr><h2><u>LOS VIÁTICOS AUSTEROS Y SIMBÓLICOS DEL GENERAL</h2></u>

LA PERIODISTA PATRICIA VERDUGO REVELA OTRO EPISODIO DE LA CORRUPCIÓN DE PINOCHET



Por Eduardo Andrade Bone – Rebelión

La destacada periodista chilena Patricia Verdugo denunció el viernes pasado que el ex dictador Augusto Pinochet recibió 6,8 millones de dólares por concepto de "viáticos" para viajes efectuados fuera del país en comisión de servicio, entre 1974 y 1976.

De acuerdo con los antecedentes que obran en manos de la periodista, la Subsecretaria de Guerra del Ministerio de Defensa chileno puso a disposición del Senado estadounidense un escrito en donde se señala que el ex militar recibió 6,8 millones de dólares para efectuar viajes oficiales a Paraguay por un monto de 1,5 millones de dólares, a Brasil por 800 mil dólares, Argentina por 500 mil dólares, España por un millón de dólares y a Estados Unidos por 3 millones de dólares.
Además en los documentos se incluye la cifra de un viaje en 1995 a Inglaterra, Brasil y Malasia donde al criminal y corrupto ex militar se le entregaron viáticos por 3 millones de pesos.

Posteriormente en 1997 se le entregaron 2.500 millones de pesos para viajar a Inglaterra y China.
La periodista luego de dar a conocer las abultadas cifras por diversas comisiones de servicio que el ex militar recibió, llamó la atención del Servicio de Impuestos Internos y del Consejo de Defensa del Estado, para que las respectivas instituciones públicas inicien las acciones judiciales pertinentes, ante la conducta corrupta de Pinochet y su uso indiscriminado de dineros de todos los chilenos.

La periodista cuestionó lose excesos económicos del ex dictador y se preguntó: "Cuánta de esta plata fue a las cuentas de ahorro y cuánta a pagar servicios", refiriéndose a una visita a España, donde el ex militar se reunió con el líder ultraderechista italiano Steffano Delle Chiaie quien llevó a cabo el atentado contra Bernardo Leighton y su señora en la ciudad de Roma, por orden de la DINA, al mando de Manuel Contreras Sepúlveda.

Patricia Verdugo en sus declaraciones ratificadas para Radio Cooperativa de Santiago, expresó que "estamos hablando de más de 4.000 millones de pesos que el Estado entregó al señor Pinochet para hacer estos viajes oficiales", de los cuales no existe información clara, en cuanto a los objetivos del uso de estos dineros. Ahora la periodista agregaba que los documentos con los gastos en viáticos, forman parte de las investigaciones realizadas por el Senado de los Estados Unidos por el delito de lavado de dinero y las cuentas secretas de Pinochet en el banco Riggs.

Los documentos dados a conocer por Verdugo, al calor de las investigaciones realizadas en Norteamérica, se transforman en una prueba concreta de las diversas irregularidades llevadas a cabo por Pinochet en su propio beneficio, o para desarrollar su política de represión y muerte en contra de los opositores a su régimen de facto. "Todos estos papeles están en el Senado norteamericano, es cuestión de meter bien la mano en el cajón de los papeles oficiales y encontrarlos, así que cualquiera puede hacerlo y denunciarlo", enfatizó.


PERÓN Y EL PERONISMO

<h2><hr><u>PERÓN Y EL PERONISMO</h2></u> por Jorge Arrate

elmostrador.cl – 5 de octubre de 2004

El incidente a propósito de la asunción de Ignacio Walker como canciller de Chile puede traer secuelas preocupantes. Al calor de lo ocurrido algunos, so pretexto de defender al ministro recién designado, comienzan a dar curso a un nacionalismo pequeño. Es una oportunidad favorable para atizar la beligerancia de "barras bravas" que, al igual que en los partidos de fútbol, aprovechan la ocasión para denostar al país ocasionalmente adversario.

Argentina y Chile son naciones distintas. Si bien comparten muchos rasgos culturales, en otros se diferencian claramente. Sus intereses son coincidentes en una amplia franja de materias, pero en otros aspectos son o podrían ser contrapuestos. Hay algo que ambos comparten y que no puede ser modificado por mayorías democráticas o por dictaduras, ni siquiera por la unanimidad de sus ciudadanos: son vecinos por los siglos de los siglos.

Por eso uno siente pena -y vergüenza, naturalmente- cuando a veces se escucha esa estúpida fórmula acuñada por chilenos que se creen "exitosos": Chile es un país al que le va bien, pero habita un "mal barrio". Pena y vergüenza porque quienes así piensan reniegan de un rasgo de nuestro ser, la calidad de latinoamericanos. Estupidez porque ni siquiera el "arribismo" odioso de los autores de la frase podría modificar la realidad.

Una de las grandes diferencias entre los dos países es su historia y su cultura políticas. El orden chileno instaurado tempranamente en el siglo XIX no tuvo parangón en una Argentina anárquica y donde operaban las fuerzas centrífugas. Chile continuó siendo en el siglo XX una sociedad más disciplinada, con una hegemonía conservadora que sólo fue amenazada a fondo por el gobierno del Presidente Allende. Argentina, en cambio, vivió una gran conmoción social con el proceso migratorio que significó una verdadera revolución cultural que remeció todo el país. Y, luego, con Perón.

Para los chilenos no ha sido fácil comprender el fenómeno Perón. No se trata de amar a Perón. Su participación en un incidente de espionaje cuando fue Agregado Militar en Santiago (actividad cuya práctica pareciera no haber terminado, como queda claro del episodio bufo ocurrido en el consulado argentino de Punta Arenas hace algunos meses) posiblemente sigue sustentando la antipatía de algunos. Su modo militar de pensar, las ambigüedades de su trayectoria política, una cierta falta de sobriedad en su actuar público, habrán de alimentar apreciaciones negativas de otros.

Ya en los años 50, cuando Perón visitó Chile, hubo polémicas e incidentes relacionados con su figura, como el desafuero de la senadora María de la Cruz y las sospechas de influencias peronistas en sectores del "ibañismo". Se recuerda menos, sin embargo, que en aquel viaje Perón e Ibáñez suscribieron un tratado de integración económica que, aunque nunca se aplicó, era visionario. Precedió en quince años al Pacto Andino, en veinticinco al Mercosur, en casi medio siglo a los acuerdos comerciales bilaterales que hoy causan tanto beneplácito.

En la propia Argentina debieron pasar muchos años antes que Perón recibiera, como ha ocurrido, el reconocimiento de casi todos los sectores políticos como una de las grandes figuras de la historia de su país. Efectivamente, Perón -y su esposa, Eva Duarte- generaron en Argentina un proceso social revolucionario de extraordinaria magnitud que, complementado con el aporte cultural de los inmigrantes, ha dotado a Argentina y a su pueblo de formas de convivencia, conductas sociales e individuales y estilos de relación entre clases sociales, que lo hacen un país con una extendida cultura cívica. Perón y Evita levantaron también la conciencia del argentino respecto a las formas imperialistas de relación entre naciones.

La derecha clásica argentina no perdona a Perón y al peronismo el incendio del Jockey Club, el despliegue insolente de los "descamisados" por los barrios ricos. El radicalismo, los socialistas y los comunistas consideraron a Perón como un resabio del fascismo. Era la segunda mitad de los cuarenta, recién terminada la Guerra Mundial. Todos se coaligaron para enfrentar a Perón, con el apoyo abierto del Embajador de Estados Unidos. Unos veían amenazados sus intereses económicos, otros el destino democrático de la Argentina. Perón, sin embargo, nunca fue un dictador. Triunfó siempre en elecciones democráticas y, si bien ejerció el poder con exagerada autoridad, jamás rompió las normas institucionales básicas.

El peronismo es el movimiento político más complejo de América Latina, como lo prueba la infinidad de estudios académicos realizados en el mundo entero destinados a analizarlo. Su fuerza social y cultural ha sido tan grande que sus enemigos principales -las dictaduras militares argentinas- lo proscribieron por largo tiempo e intentaron exterminar físicamente a sus sectores más de izquierda.

Reestablecida la democracia, el peronismo con Perón, brevemente hasta su muerte, y luego sin Perón, hasta hoy, se ha constituido en un heterogéneo movimiento de fuerte raigambre social, asociado en todas sus variantes a la identidad popular argentina, que por sí solo es capaz de ofrecer diversas opciones a la ciudadanía. Desde el ex Presidente Menem, de orientación claramente liberal, pasando por importantes sectores demócrata cristianos, hasta el Presidente Kirchner, con definiciones de centro izquierda.

Ni los argentinos, menos aún los chilenos, han terminado de comprender cabalmente el desarrollo y complejidades del peronismo, esa fuerza encarnada por sesenta años en la conciencia del pueblo argentino. Es no sólo posible, sino también inevitable, la existencia de visiones diversas. Aquella que expresó Ignacio Walker en mayo pasado es una de ellas. Cada uno de nosotros, cuando actúa como simple ciudadano, es libre de expresar lo que quiera. Es de lamentar, sin embargo, que su autor, un hombre culto y de reconocida carrera política y académica, deba ahora encabezar la Cancillería chilena, una de cuyas tareas primordiales es manejar las relaciones con Argentina y su gobierno.

Deseo sinceramente que este episodio no siga dando ocasión para descalificaciones. No las creo necesarias, pero probablemente serán inevitables algunos arrestos de nacionalismo pobre y vacío. Frente a ellos es indispensable no dejarse atemorizar y reproponer un nuevo espíritu latinoamericanista que defienda aquella identidad que compartimos, no mire a naciones hermanas como adversarios y se reconozca en la herencia de Bolívar, O'Higgins y San Martín.