NUEVO LIBRO DE PEDRO GODOY
NUEVO LIBRO DE PEDRO GODOY
"CHILE VERSUS BOLIVIA: OTRA MIRADA
MUSEO B. VICUÑA MACKENNA - Santiago de Chile, 05.08.2004
INTERVENCION DEL PROF. PEDRO GODOY
Presentar un libro es motivo de alegría. Alegría y desafío. Desafío y riesgo. Ese riesgo se asume. Consiste en expresar por escrito una interpretación que, en el país, es minoritaria. Estar con la mayoría es cómodo y fácil. Afiliarse a la minoría, ingrato y hasta peligroso. Los enfoques favorables a la concordia y a la integración de Chile hoy no es motivo de simpatía masiva. Se trata de visión privada de tribuna. Nuestra política exterior jamás ha sido materia de debate ciudadano, sino monopolio de una casta atrincherada en la Cancillería. Los disidentes apenas podemos expresarnos -a veces- a través de la prensa en la Sección Cartas del Lector. Las misivas no siempre se publican. Se restringe espacio a quienes enjuiciamos a la patriotería y postulamos la paz, la cooperación y a unidad con las patrias fronterizas. Así esta otra mirada no logra expresarse por los medios. En las Universidades, específicamente, en los Departamentos de Historia de las Facultades de Educación, allí donde se preparan los futuros docentes de Ciencias Sociales, este enfoque, está proscrito durante 17 años. Fue a época del silencio. La democracia no altera mayormente la situación. La censura fluye no sólo desde La Moneda, sino que impregna diversas estructuras de la sociedad. Dicho de otro modo, esta otra mirada que se promueve desde este libro no es nueva, sino -como se manifestara- minoritaria y mejor aun clandestina. En otros países existe y se denomina revisionismo histórico. Aquí es todavía débil. No obstante, hay que asumir el riesgo de sostener la visión que otros callan o silencian. No somos empresarios y, por ende, no buscamos ganancias. Tampoco políticos y, en consecuencia, no apetecemos el poder. Somos académicos y nuestro compromiso es con el saber. Acorde con esa vocación socrática no le tememos a la cicuta oficialista. Con esa actitud contestataria surge el Centro de Estudios Chilenos CEDECH. Ha generado obras como Gestación de Latinoamérica de Enrique Zorrilla, Aquiles Vergara Vicuña -ensayo biográfico- de Leonardo Jeffs o 7 ensayos suramericanos de mi autoría. ¿Qué es poco? Puede ser, pero la tarea ya comenzó.
Con estos libros más cerca de la sangre que de la tinta nos empeñamos en quebrar esa censura y adquirir presencia. Repito aquí son muchedumbres las que están en 1879 con la marcha Adiós al 7º de Línea en el tímpano y el dedo en el gatillo. Se visualiza a argentinos, peruanos y bolivianos como enemigos de ayer, de hoy, de mañana y de siempre. Se evalúa el país como la copia feliz del Edén que vive acechada por esos vecinos fétidos y agresivos, atrasados y prepotentes. Ante cualquier fricción o tirantez se activan esos estereotipos descalificatorios. Hablamos de reconciliación al interior de Chile y todavía no logramos superar el trauma de 1973. Menos se ha superado el trauma de la Guerra del Pacífico.
Alguien dirá -y con razón-, ¿pero en Lima, La Paz y Buenos Aires también nos discriminan, nos envidian o nos desprecian y también se censura en la prensa y en el aula a quienes sustentan doctrinas como la del CEDECH? Es cierto, hay subdesarrollo no sólo en las economías, sino también hay subdesarrollo en la cabeza de millones. La patriotería es lepra no sólo chilena. Se trata de una percepción de mundo con horizonte chiquito y ausencia de espíritu crítico y autocrítico. Son multitudes las manipuladas por la prensa y la TV
que, de modo automático, irreflexivamente, repiten lo que aprendieron respecto al país vecino, de los padres, de los tíos, de los abuelos, de los docentes básicos. Estos factores unidos a la condición sedentaria y a la proscripción de interpretaciones alternativas eternizan los prejuicios, los preconceptos y las prenociones. Todo cuaja en el chauvinismo que impide la plasmación de una atmósfera favorable a la concordia en el Cono Sur. Estamos a años luz de un experimento como el de la Europa de los 25. Es fundada por franceses y alemanes representados por un militar Carlos de Gaulle y un civil, Conrado Adenauer. Aquí continuamos con una geopolítica del siglo XIX y pegoteados a 1879. En esto no es sólo culposo Chile. Hay responsabilidades compartidas de la clase política de las cuatro repúblicas. Mi libro incluye páginas autobiográficas, reseñas históricas, reflexiones sociológicas e invitaciones al debate. Se presenta hoy 5 de agosto en un contexto subregional enrarecido por los armamentismos, los revanchismos, las demandas de revisar tratados y complicaciones por la restricción de suministro de gas. Todo lo enumerado articula una película en que hay buenos y malos. La patriotería decreta lo siguiente: los buenos somos nosotros y ellos son los malos. Sostenemos, esa es una burda simplificación. En las cuatro repúblicas la ciudadanía anhela la paz y captan que la paz es buen negocio y la integración, palanca de desarrollo. Sin embargo, a nivel de cúpulas operan grupos de poder que estimulan, respecto al país vecino, el recelo, el odio y el desdén. Esos son los tres jinetes del Apocalipsis criollo. Ellos favorecen el armamentismo, tornándose eternos los distanciamientos, los rencores y las discordias. Tras todo lo dicho están las trasnacionales felices de vendernos artefactos bélicos sofisticados y usados y satisfechas de mantenernos separados para mejor explotarnos y mejor manipularnos. Esas trasnacionales son el imperialismo.
Hay mucho más que dialogar. Aquí les dejo mi trabajo Chile versus Bolivia: otra mirada. Esta es noche de festejo e intercambio de opiniones. Insisto que este libro está dedicado a nuestro ilustre colega Carlos Ramos Ibáñez que en esta ceremonia está presente en espíritu ¡Honor a su memoria! Quiero reiterar gratitud al Museo por la hospitalidad dispensada. Agradezco también asesoría de la Corporación Corayún en la persona del colega Carlos Liberona así como la concurrencia del director de la Revista Ciudad de los Cesares. En vuestras manos queda este libro que es doctrina y barricada, reflexión y protesta, pensamiento y bandera.
¡Muchas gracias!"
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José Luis Matamala -