EL POLIFÁCETICO PORTALES
Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
El hallazgo de sus restos en nuestra Catedral Metropolitana pone de moda al archiministro que fuese ejecutado por la fuerza expedicionaria que Santiago se obstina por despachar al norte para aniquilar la
Confederación Perú-Boliviana. Es 1837 y la oficialidad se niega a marchar al fratricidio. En Quillota encabezada por el comandante en jefe, José Antonio Vidaurre, se pronuncia como reza el manifiesto Contra la guerra y por la libertad. El alzamiento aborta en no pequeña medida por la acción de los regimientos de peruanos que bajo a conducción de Ramón Castilla han acudido a unirse a esta operación militar contraria a Andrés Santa Cruz.
Diego Portales es un personaje con varias facetas. Una la que paga con su vida expresada en una visión insular de Chile que hasta hoy perdura. Es el pionero de un chilenismo anticonosureño. Por ello discrepa entre otros- con O´Higgins y Freire que acorde al ideario de la generación de 1810 son iberoamericanizantes. El ministro ejecutado por los insurrectos de Quillota, en cambio, exhibe racismo blanquista, fobia a las repúblicas limítrofes y chauvinismo hegemónico. Suyo es eso de definir a los chilenos como los ingleses de América de Sur para así poner de manifiesto una presunta condición excepcional de nuestro pueblo en el contexto suramericano.
Sin embargo, no es sólo eso. Curiosamente ya en 1822 denuncia como un peligro el embrionario imperialismo norteamericano. Antes que nadie acusa de mentirosa la frase del Presidente James Monroe América para los americanos- manifestando que encubre el afán expansionista de EEUU. También es quien impone orden público y con ello da solidez a la institucionalidad.
Ello no exime a Chile de tensiones y reyertas, de fases de anarquía y de regimenes de facto, pero no cabe duda que contribuye a generar, tempranamente, un Estado en forma. Curiosamente el régimen que encabeza Pinochet lo canoniza pese a su civilismo y su desprecio a la clase militar.
Hoy el Presidente Lagos anuncia funerales de Estado para Portales. Obsérvese como su condición de ícono se conserva tanto en dictadura como en democracia. Nadie recuerda que precursoramente denunciara la voracidad yanqui. Lo que importa a quienes ayer, ayer y siempre lo han glorificado es su afán de separar a Chile del contexto continental y fundar una geopolítica hecha de desprecio y odio a los Estados vecinos. Eso nutre la paranoia armamentista, la desconfianza a esfuerzos como el MERCOSUR y el prurito de creer que somos un país distante, distinto y superior al pueblo suramericano. Eso es lo que fascina a los chauvinistas del Mapocho.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
El hallazgo de sus restos en nuestra Catedral Metropolitana pone de moda al archiministro que fuese ejecutado por la fuerza expedicionaria que Santiago se obstina por despachar al norte para aniquilar la
Confederación Perú-Boliviana. Es 1837 y la oficialidad se niega a marchar al fratricidio. En Quillota encabezada por el comandante en jefe, José Antonio Vidaurre, se pronuncia como reza el manifiesto Contra la guerra y por la libertad. El alzamiento aborta en no pequeña medida por la acción de los regimientos de peruanos que bajo a conducción de Ramón Castilla han acudido a unirse a esta operación militar contraria a Andrés Santa Cruz.
Diego Portales es un personaje con varias facetas. Una la que paga con su vida expresada en una visión insular de Chile que hasta hoy perdura. Es el pionero de un chilenismo anticonosureño. Por ello discrepa entre otros- con O´Higgins y Freire que acorde al ideario de la generación de 1810 son iberoamericanizantes. El ministro ejecutado por los insurrectos de Quillota, en cambio, exhibe racismo blanquista, fobia a las repúblicas limítrofes y chauvinismo hegemónico. Suyo es eso de definir a los chilenos como los ingleses de América de Sur para así poner de manifiesto una presunta condición excepcional de nuestro pueblo en el contexto suramericano.
Sin embargo, no es sólo eso. Curiosamente ya en 1822 denuncia como un peligro el embrionario imperialismo norteamericano. Antes que nadie acusa de mentirosa la frase del Presidente James Monroe América para los americanos- manifestando que encubre el afán expansionista de EEUU. También es quien impone orden público y con ello da solidez a la institucionalidad.
Ello no exime a Chile de tensiones y reyertas, de fases de anarquía y de regimenes de facto, pero no cabe duda que contribuye a generar, tempranamente, un Estado en forma. Curiosamente el régimen que encabeza Pinochet lo canoniza pese a su civilismo y su desprecio a la clase militar.
Hoy el Presidente Lagos anuncia funerales de Estado para Portales. Obsérvese como su condición de ícono se conserva tanto en dictadura como en democracia. Nadie recuerda que precursoramente denunciara la voracidad yanqui. Lo que importa a quienes ayer, ayer y siempre lo han glorificado es su afán de separar a Chile del contexto continental y fundar una geopolítica hecha de desprecio y odio a los Estados vecinos. Eso nutre la paranoia armamentista, la desconfianza a esfuerzos como el MERCOSUR y el prurito de creer que somos un país distante, distinto y superior al pueblo suramericano. Eso es lo que fascina a los chauvinistas del Mapocho.
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