¡HASTA SIEMPRE
POCHITA!
MARÍA VIVANCO ALVARADO
(Q.E.P.D.)
Llegó a Río Gallegos hace treinta años, con su compañero de siempre, René Muñoz Ortega y sus cuatro hijos, todavía adolescentes. En Chile, su país natal, no soplaban vientos favorables y había que pensar en los chicos, en el trabajo en el futuro. Fueron muy duros los primeros tiempos. René era un buen mecánico de automóviles y de todo tipo de máquinas. Algo se podía hacer por aquí y por allá. Los chicos continuaron estudiando pero también trabajando. Había que parar la olla todos los días pero en Argentina también se vivían tiempos difíciles. Ella, la Pocha, en la vanguardia, en la casa, era el sostén del grupo familiar, con su empeño, su alegría, haciendo milagros con la comida, la ropa, el colegio de los chicos.
Y así fueron pasando los años. Los chicos crecieron, se casaron, vinieron los nietos y los bisnietos, pudo tener su propia casa que pasó a ser el centro de la familia y amable cobijo para los parientes que venían de Punta Arenas, Puerto Natales, Río Turbio, de Santiago de Chile, de Buenos Aires.
Estuve con ella este verano en Río Gallegos, en su casa del Barrio Jorge Newbery. Pasaba por un mal momento personal y pensé que un poco de aire patagónico me vendría bien. Estuve un mes con la Pocha y su familia y no me equivoqué en la elección. Recibí toda su solidaridad y su afecto.
Esta tarde, hace unas horas, recibí la noticia cruel. La querida Pocha, María Vivanco Alvarado, mi querida prima, falleció en Río Gallegos.
Deja una familia enorme de chilenos y argentinos y su partida enluta los dos lados de la Patagonia.
Desde Buenos Aires, en este triste Día del Padre, un abrazo fraterno con toda mi solidaridad y la de mi familia para René Muñoz Ortega, René, Nelson, Mirna y José Muñoz Vivanco, primos queridos, amigos del alma.
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miguel -