CONFLICTO CHILE- PERU
Combate de Angamos
Óleo de J. Salaverry
Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
director@cedech.cl
Lima cuestiona la actual delimitación marítima con Chile. Durante medio siglo, en virtud del principio de las 200 millas soberanas Chile, Perú y Ecuador las proclamaron como hinterland propio. En suma, un modelo de acción mancomunada de defensa de tres repúblicas que han protagonizado reyertas y fricciones desde la emancipación hasta apenas ayer. Los límites interestatales establecidos se ceñían a los paralelos. Esta frontera acuática, en apariencia equitativa, daña dos regiones peruanas: Tacna e Ilo, pues les encierra en un triángulo que les restringe el horizonte oceánico. Los paralelos no consideran la curvatura suramericana apenas finalizado el litoral chileno. Este es un hecho. Basta contemplar el mapa.
Perú propone una línea equidistante que permite a ambas comarcas meridionales recuperar su condición de oceánicas recuperando 70 mil millas2 de Pacífico. No obstante, ello invierte la situación, perjudicando a Arica. Vale la pena preguntarse ¿cómo es posible que Torre Tagle esperara medio siglo para la presente reclamación? Chile argumenta que la delimitación acorde a los paralelos es "cosa juzgada" y los años avalan su terquedad y actualizan el dogma de la intangibilidad de los Tratados que usa nuestra Cancillería. Por otro lado la propuesta limeña suprime la opción -remota, pero opción- de dotar a Bolivia de corredor paralelo a la Línea de la Concordia, enclave portuario y 200 millas.
La reacción, en nuestros países, ante la pretensión peruana no se hizo esperar. Chilenofobia allá y peruanofobia aquí y los bolivarianos denunciados como "enemigos de la patria" y "pasados de moda". Quienes abogamos por la complementación y la paz entre los segmentos de la Patria Grande hemos quedado a la intemperie. Tsunamis chauvinistas lo inundan todo. Hay tambores de guerra. Campea el odio allá mezclado con resentimiento y aquí con prepotencia. Santiago siempre contempló con desdén la Doctrina Toledo atinente a control recíproco de adquisición de armas. A renglón seguido, para anestesiar a las FFAA -humilladas por la violación de los DDHH- se embarcó en cuantiosas adquisiciones de artefactos bélicos.
La situación es equivalente a la vivida entre 1978 y 1982 con Argentina por el Beagle. En virtud de esa experiencia de la cual se emerge por la mediación vaticana hoy exigimos sensatez a nuestros gobernantes y nuevamente como en aquellas sombrías jornadas suplicamos a ambos Episcopados tomen cartas en el asunto. Repúblicas como las nuestras -empobrecidas y endeudadas- no deben padecer la tirantez ni una guerra fría. Una guerra caliente sería un suicidio. Las insolencias patrioteras de aquí y los rencores nostálgicos son tóxicos e impiden una complementación beneficio mutuo. Las bravatas a nada conducen y lo urgente es el diálogo fraternal sin puñal bajo el poncho y sin pistola sobre la mesa.
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yo poh -