NUESTRA LENGUA
Por el Prof. Pedro Godoy Perrin
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
Noviembre de 2004
A comienzo del siglo XIX agoreros anuncian la decadencia del castellano. Quedaría como una lengua muerta igual que el sánscrito. Razonan por analogía en función de la experiencia europea. Si en el Viejo Mundo al caer el Imperio Romano el latín se desmenuza en múltiples idiomas neorromances, al derrumbarse el Imperio fundado por Carlos V y Felipe II nacerían tantos idiomas como repúblicas. No fue así y hoy a dos siglos del quiebre entre la Madre Patria y sus provincias de Ultramar la lengua de Cervantes se conserva compacta y en expansión. Los chilenos no hablamos chileno y tampoco mapudungun, sino la lengua de Alonso de Ercilla.
EEUU alberga la III hispanidad, es decir, los spanish son varios millones y preservan con celo el idioma materno siendo ya la II lengua. En la ONU es uno de los cinco idiomas oficiales. En Europa se multiplican las academias que lo enseñan. Sin embargo, en Chile se observa desinterés por la asignatura y, peor aun, la estructura escolar genera por centenares de miles de analfabetos funcionales.
El vocabulario es reducido y la incompetencia en la esfera de la redacción, completa. Si ayer el tóxico invasor fue el franglés hoy es el spanglish. Florecen los shoping o los mall, se es part time o full time, se leen pocket book o se publican papers.
La Asignatura de Castellano ahora es Lenguaje y Comunicación. Se le restringe influjo mientras se extiende y ensancha el ramo de Inglés. Florecen los The Mac Chuca School for girl and boy. Se fomentan el bilingüismo. Sin embargo, como quien mucho abarca poco aprieta el balance es desolador. No se aprende Inglés y se descuida el Castellano. En suma, despilfarro en estipendio de docentes, pérdida de energía y tiempo en aula, legitimación del colonialismo cultural al fomentar la gringofilia. En suma, de lo ajeno apenas nos quedamos con el barniz y de lo propio no hay cultivo. Esto explica el analfabetismo funcional.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH
Noviembre de 2004
A comienzo del siglo XIX agoreros anuncian la decadencia del castellano. Quedaría como una lengua muerta igual que el sánscrito. Razonan por analogía en función de la experiencia europea. Si en el Viejo Mundo al caer el Imperio Romano el latín se desmenuza en múltiples idiomas neorromances, al derrumbarse el Imperio fundado por Carlos V y Felipe II nacerían tantos idiomas como repúblicas. No fue así y hoy a dos siglos del quiebre entre la Madre Patria y sus provincias de Ultramar la lengua de Cervantes se conserva compacta y en expansión. Los chilenos no hablamos chileno y tampoco mapudungun, sino la lengua de Alonso de Ercilla.
EEUU alberga la III hispanidad, es decir, los spanish son varios millones y preservan con celo el idioma materno siendo ya la II lengua. En la ONU es uno de los cinco idiomas oficiales. En Europa se multiplican las academias que lo enseñan. Sin embargo, en Chile se observa desinterés por la asignatura y, peor aun, la estructura escolar genera por centenares de miles de analfabetos funcionales.
El vocabulario es reducido y la incompetencia en la esfera de la redacción, completa. Si ayer el tóxico invasor fue el franglés hoy es el spanglish. Florecen los shoping o los mall, se es part time o full time, se leen pocket book o se publican papers.
La Asignatura de Castellano ahora es Lenguaje y Comunicación. Se le restringe influjo mientras se extiende y ensancha el ramo de Inglés. Florecen los The Mac Chuca School for girl and boy. Se fomentan el bilingüismo. Sin embargo, como quien mucho abarca poco aprieta el balance es desolador. No se aprende Inglés y se descuida el Castellano. En suma, despilfarro en estipendio de docentes, pérdida de energía y tiempo en aula, legitimación del colonialismo cultural al fomentar la gringofilia. En suma, de lo ajeno apenas nos quedamos con el barniz y de lo propio no hay cultivo. Esto explica el analfabetismo funcional.
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