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MIRANDO AL SUR - augusto alvarado

pedro godoy


VICTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE Y CHILE

Por Pedro Godoy Perrin
Centro de Estudios Chilenos - CEDECH

Abril de 2005

Víctor Raúl Haya de la Torre ha influído sobre toda Latinoamérica. Chile no constituye una excepción. En 1922 en un gesto sin precedente lo visita con el rango de Presidente de la Federación de Estudiantes Peruanos. Lo recepciona como huésped de honor la Federación de Estudiantes de Chile. Se suma así a la campaña de esta institución estudiantil en orden a resolver de modo armonioso la cuestión de Tacna y Arica. Es ovacionado por asambleas de alumnos de la Universidad de Chile y enaltecido con el título de catedrático honorario de la Universidad Popular “José Victorino Lastarria” equivalente en Chile de la Universidad Popular “González Prada”. La presencia del futuro fundador del APRA robustece la lucha estudiantil y sindicalista de la época contra la xenofobia y el chauvinismo, el armamentismo y la militocracia.

10 años más tarde, en 1932, un sector de las FFAA encabezadas por el coronel Marmaduque Grove tumban el régimen civilista de Juan Esteban Montero y proclaman la República Socialista de Trabajadores de Chile. Octavillas lanzadas desde insurrectos aviones militares convocan a la población a organizar un Estado distante del “capitalismo y del sovietismo” en el marco de una Unión de Repúblicas Indoamericanas. Tras el caudillo castrense estaba Eugenio Matte Hurtado ya influído por el aprismo. Ambos líderes fundarán ese mismo año el Partido Socialista de Chile cuyo emblema, himno, programa y estrategia -por lo menos hasta la década del 50- es aprista.

Haya cultiva vínculos muy estrechos con la intelectualidad chilena. De modo particular con Gabriela Mistral. Quizás el puente fuese la revolución Mexicana. El ideólogo y la poetisa -después Premio Nobel de Literatura- cooperan en el proceso de edificación del México de Obregón y Vasconcelos. Aun más, la señera obra de Joaquín Edwards Bello titulada “Nacionalismo continental”, en su edición chilena publicada en 1935, está prologada por ambos. Resulta, por otra parte importante señalar que en las posturas latinoamericanistas de Eduardo Frei Montalva y de Gabriel Valdés Subercaseaux hay un notable influjo aprista.

Ciertas expresiones del nacionalismo chileno -digo nacionalismo con “c” y no con “z”- estuvieron muy influidas por Haya de la Torre. El Movimiento Nacional Socialista que intentara un putch para derribar a Arturo Alessandri Palma, en 1938, conoció la obra “El antimperialismo y el APRA” editado por la Editorial Ercilla en 1937. Aun más, abortado ese intento revolucionario se refunda como Vanguardia Popular Socialista proclamándose adscrita al ideario de Víctor Raúl. Incluso asume como propio el saludo del brazo izquierdo en alto y curvado con la palma abierta. Su declaración de principios suscribe el programa aprista. La II Guerra Mundial separa este aprismo chileno que fue neutralista de la postura aliadófila que se impone en el APRA peruano.

El influjo de Haya de la Torre perdura a horcajadas de la Revolución Cubana que influye en todas nuestras repúblicas y, por cierto, en Chile. Lo martiano y lo aprista se fundían. Ello del mismo modo que en el peronismo de 1945 la 3ª Posición era un eco de la postulación de Víctor Raúl. Sabemos que el giro de La Habana a un totalitarismo eurocéntrico y la imposibilidad de aliar el aprismo con el justicialismo estrategia que proponía Manuel Seoane implican un repliegue de la irradiación de Haya sobre el Cono Sur.

No obstante, ese mismo viraje de Castro posibilitan que en Chile un puñado de académicos y sindicalistas vuelvan a rescatar el legado hayista como alternativa al viraje castrista vulnerador de la herencia martiana y a un Perón -hasta entonces- proscrito.

Esos académicos encabezados por los catedráticos Pedro Godoy y Leonardo Jeffs, por sindicalista Clotario Blest y Enrique Zorrilla. También figuran Tomás Pablo y Felipe Herrera. Estos dos últimos cooperaban con Andrés Townsed Ezcurra en el marco del Parlamento Latinoamericano. Todo este equipo promueve la redivulgación del pensamiento de Víctor Raúl. Ello supone reeditar “El antimperialismo y el APRA”. Antes, fundan el Centro de Estudios Chilenos CEDECH. En 1979 -como réplica a la conmemoración del Centenario de la infausta Guerra del Pacífico- postulan a Haya de la Torre al Premio Nobel de la Paz.

La noticia de Víctor Raúl como candidato al Nobel de la Paz es una protesta a los festejos triunfalistas de La Moneda y a las conmemoraciones revanchistas de Lima y La Paz. El Comité de Auspicio funciona bajo la dictadura de Pinochet. Pese al clima represivo permite
renuclear a un segmento de la Oposición hasta ese instante dispersa. Escritores y artistas,exlegisladores y sindicalistas, personeros del mundo académico y laboralista. También comités de chilenos en el exilio suscriben el Acta Fundacional. Incluso el Parlamento Europeo de entonces se asocia. Oslo acoge la candidatura y Haya -entonces Presidente de la Constituyente en Perú- es uno de los postulantes al
galardón.

Todo nuestro siglo XX político está influído por Víctor Raúl. La originalidad de su ideario y el afán por sacudirse de Vaticanos forasteros generaron siempre interés. Las visitas de los intelectuales a Lima implicaron siempre una recalada en la Casa del Pueblo ubicada en la histórica arteria Alfonso Ugarte. Allí los búfalos abrieron siempre calle a “los apristones chilenos” que pasaban a saludar al ideólogo y maestro. Este siempre tuvo especialidad debilidad para las visitas mapochinas. No fue raro que los invitase a alguna gira a Trujillo por tierra con una estadía en Huanchaco y otras localidades costeras. En 1979 el ex senador Tomás Pablo trae sus Obras Completas que son asiduamente consultadas.

Su dilatada agonía congrega a la cúpula del PAP en Villa Mercedes. Convocados por Townsend y el historiador Herbert Mujica una delegación del Centro de Estudios Chilenos CEDECH presidida por el Prof. Godoy viaja desde Santiago. En ese recinto, el deceso informado por el cuerpo médico, es también recepcionado por aquel puñado de chilenos. Con su presencia testimonian el afecto y admiración del país de OHiggins y Felipe Herrera, de Balmaceda y Allende al carismático Víctor Raúl. Juzgamos a tres décadas de su marcha a la República del Más Allá que su mensaje conserva enorme vigencia y su figura -en la esfera de
la politología- se engrandece
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JUAN PABLO II: SOLDADO DE LA PAZ

<hr><h2><u>JUAN PABLO II: SOLDADO DE LA PAZ</h2></u> Por Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos


A propósito de la enfermedad que aqueja a Su Santidad se reseñan diversas actuaciones y enfoques que singularizan su pontificado. Sin embargo, no se registran referencias al esfuerzo denodado que efectúa por evitar una guerra chilenoargentina por el Beagle.

A mis desmemoriados paisanos se les debe recordar que la mediación vaticana logra el apaciguamiento. Este clima cristaliza en el Tratado de Paz suscrito por los Presidentes Pinochet y Alfonsín. La amistad se prueba en los momentos difíciles: el Vicario de Cristo vive ahora un instante muy amargo por su salud quebrantada.

Más que antes hoy lo acompañamos. La ocasión es propicia para recordar aquella épica guerra por la concordia entre dos repúblicas católicas y sanmartinianas. Su aporte pacifista compromete nuestra gratitud y, en el silencio elocuente, coreamos -como cuando nos visitara- “¡Papa, amigo, el pueblo está contigo!”.


CUASIMODO

Por Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos
- Abril 2005

Semana Santa posee un remate criollo y huaso. El primer domingo -después de Pascua de Resurrección- el campo de la Región Metropolitana aparece, como obedeciendo a un conjuro, florecido de chamantos y banderas. Es la fiesta de Cuasimodo. Congrega en torno a la parroquia a feligreses ecuestres. Esos jinetes escoltan al señor cura para administrar la comunión a enfermos e inválidos. La caravana es acompañada por carretelas y bicicletas. Todo se engalana con el tricolor y el pabellón vaticano. La cofradía cuasimodista comienza la peregrinación rumbo a los hogares donde el sacerdote administra el sacramento de la eucaristía. El viejo grito “¡Viva Cristo Rey!” quiebra la quietud aldeana de Talagante a Colina y de Lo Barnechea a arrancas. Son los cuasimodistas -niños, muchachos, adultos y ancianos- con sus cabezas cubiertas de blanco pañuelo al estilo moro y los pechos condecorados de escapularios. Al galope o pedaleando conservan la noble tradición.

Cuasimodo no es un santo. Tampoco guarda relación con el jorobado de Notre Dame. Es un brote de religiosidad popular arraigado en el área rural de Santiago. Su nombre deriva de la vulgarización de una frase en latín de un arcaico texto litúrgico; “quasi modo” que significa “a manera de…” De allí la huasería acuña el término para designar un festejo cuyo propósito -en su origen- es proteger a los párrocos de los bandoleros. Estos, con frecuencia, los despojaban de sus paramentos y del cáliz. Nacen entonces como milicia protectora. Hoy la meta es facilitar que comulguen los fieles incapacitados de concurrir al templo. En cada hogar se agasaja a los cuasimodistas… Nunca falta el “engañito”. Aunque lo permitido es sólo agua y pan, de modo discreto hay chacolí y pequenes. Al medio día es la misa de campaña. Al caer la tarde culmina la tarea con refrigerio de “chicha y chancho” no sin antes expresar el júbilo con cuecas y topeaduras. Fe y chilenidad son los rasgos de este epílogo campero de Semana Santa.


EL POLIFÁCETICO PORTALES

Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH


El hallazgo de sus restos en nuestra Catedral Metropolitana pone de moda al archiministro que fuese ejecutado por la fuerza expedicionaria que Santiago se obstina por despachar al norte para aniquilar la
Confederación Perú-Boliviana. Es 1837 y la oficialidad se niega a marchar al fratricidio. En Quillota encabezada por el comandante en jefe, José Antonio Vidaurre, se pronuncia como reza el manifiesto “Contra la guerra y por la libertad”. El alzamiento aborta en no pequeña medida por la acción de los regimientos de peruanos que bajo a conducción de Ramón Castilla han acudido a unirse a esta operación militar contraria a Andrés Santa Cruz.

Diego Portales es un personaje con varias facetas. Una la que paga con su vida expresada en una visión insular de Chile que hasta hoy perdura. Es el pionero de un chilenismo anticonosureño. Por ello discrepa –entre otros- con O´Higgins y Freire que acorde al ideario de la generación de 1810 son iberoamericanizantes. El ministro ejecutado por los insurrectos de Quillota, en cambio, exhibe racismo blanquista, fobia a las repúblicas limítrofes y chauvinismo hegemónico. Suyo es eso de definir a los chilenos como “los ingleses de América de Sur” para así poner de manifiesto una presunta condición excepcional de nuestro pueblo en el contexto suramericano.

Sin embargo, no es sólo eso. Curiosamente ya en 1822 denuncia como un peligro el embrionario imperialismo norteamericano. Antes que nadie acusa de mentirosa la frase del Presidente James Monroe – “América para los americanos”- manifestando que encubre el afán expansionista de EEUU. También es quien impone orden público y con ello da solidez a la institucionalidad.

Ello no exime a Chile de tensiones y reyertas, de fases de anarquía y de regimenes de facto, pero no cabe duda que contribuye a generar, tempranamente, un Estado “en forma”. Curiosamente el régimen que encabeza Pinochet lo canoniza pese a su civilismo y su desprecio a la clase militar.

Hoy el Presidente Lagos anuncia funerales de Estado para Portales. Obsérvese como su condición de ícono se conserva tanto en dictadura como en democracia. Nadie recuerda que precursoramente denunciara la voracidad yanqui. Lo que importa a quienes ayer, ayer y siempre lo han glorificado es su afán de separar a Chile del contexto continental y fundar una geopolítica hecha de desprecio y odio a los Estados vecinos. Eso nutre la paranoia armamentista, la desconfianza a esfuerzos como el MERCOSUR y el prurito de creer que somos un país “distante, distinto y superior” al pueblo suramericano. Eso es lo que fascina a los chauvinistas del Mapocho.


EVA PERÓN

<hr><h2><u>EVA PERÓN</h2></u>

EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER



Prof. Pedro Godoy P.
Centro de Estudios Chilenos CEDECH

Hace más de medio siglo fallece -un 26 de julio de 1952- Eva Duarte de Perón. Innecesario ostentar la condición de rioplatense para poner de relieve su trayectoria y legado. Hay que exaltarla, aunque choquemos con mequetrefes de izquierda y derecha que descalifican al justicialismo como “fascismo”. Amén de este veto político hay otro ético: la líder de los descamisados no pasa de ser una “bataclana encumbrada a la Casa Rosada por los milicos”. Ambos lugares comunes subsisten. Resulta conveniente hacer un esfuerzo por sustituir el prejuicio por el juicio y rescatar - por sobre el odio y el amor que generara- su genio y figura que alcanza estatura suramericana por su obra e ideario.

Evita es hija ilegítima de modesto hogar provinciano. Actúa en radio y cine. Anima campañas solidarias. Contrae matrimonio con el coronel Perón. Encabeza la gesta del 17 de octubre de 1945. En 1952 la plutocracia, con mano mora, anota en los muros de Buenos Aires “¡Viva el cáncer!”. Ocurre que Evita, con apenas 33 años, agoniza. Su deceso está próximo. Como Primera Dama efectúa una labor precursora. Dignifica a los desvalidos, en particular, a la infancia y la ancianidad. Impone el el sufragio femenino. Educa a millones en el latinoamericanismo. Los sindicatos intentan postularla a la Vicepresidencia. El luto es masivo. Ahora, con motivo del Día Internacional de la Mujer, se le rinde homenaje
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CLOTARIO BLEST Y EL PROYECTO BOLIVARIANO

<hr><h2><u>CLOTARIO BLEST Y EL PROYECTO BOLIVARIANO</h2></u> Por el Prof. Pedro Godoy Perrín
Centro de Estudios Chilenos – CEDECH

Noviembre de 2004

Se conmemoraba el Centenario de la Guerra del Pacífico... Un grupo de allendistas sueltos, la mayoría académicos exonerados de la Universidad de Chile, reunidos en “Tambo Libros” –una librería de viejos que sostenía el colega Leonardo Jeffs, en la segunda cuadra de Avenida España- resolvimos el montaje de la postulación al Premio Nóbel de la Paz de Víctor Raúl Haya de la Torre. Aquello constituía un gesto de audacia en un Chile ocupado por sus FF.AA. y bajo crónico estado de queda. Nos atrevimos y con ello dábamos una bofetada al aquelarre chauvinista derivado de la conmemoración de un fratricidio que repudiamos.

La candidatura permitía renuclear a un Chile disperso por efecto de la represalia y el terror. Aquellos no eran tiempos fáciles. Sin embargo, la iniciativa cuaja. Recuerdo que nos reuníamos en la oficina del ex senador Tomás Pablo, ubicada en Huérfanos. Obtuvimos más adhesiones que las imaginadas. Cito de memoria... Suscriben el documento enviado al Parlamento de Noruega –entre otros- ex rectores de Universidades como Ignacio González Ginouves y David Stitchkin, el Premio Nacional de Educación Roberto Munizaga Aguirre, el ex embajador en la RFA e historiador Enrique Zorrilla, el periodista Wilfredo Mayorga, el sociólogo Hernán Godoy Urzúa...

Lo interesante de destacar –en esta ocasión- es nuestra visita al hogar del sindicalista... También padecía el exilio interior. No recuerdo quien me acompañó. El intermediario fue, sin duda, Oscar Ortiz. Diáfano y sintético no necesitó mayores argumentos ni energía convincente. Escucha el comienzo de la presentación y acto seguido comentó: “yo siempre he sido bolivariano y esta es oportunidad para reiterarlo”. Acto seguido estampa la rúbrica. Quedamos impactados por la decisión y por proclamar como propia una tesis que en Chile –hasta la aparición de Hugo Chávez- es evaluada como anacronismo o quimera tanto por la derecha como por la izquierda.

Quienes han estudiado la trayectoria de Clotario proporcionan datos interesantes. Demuestran que ese apoyo que nos brindara no era caprichoso ni oportunista, sino la continuidad de una idea-fuerza. En los años 30 al organizar el Partido Corporativista Popular ya se registran atisbos de latinoamericanismo. Aun más, apoya siendo muy joven la epopeya del caudillo César A. Sandino contra la invasión de marines a Nicaragua. Así también está con el FSLN en las jornadas de combate guerrillero contra Somoza. En 1952 –cosa extraña en el país y otro signo de su clarividencia- solidariza con la Revolución Boliviana que encabezan Víctor Paz Estensoro y Juan Lechín. Eso en momentos que los triunfantes MNR y la COB son tachados de “fascistas” por nuestra izquierda europeizante y de “comunistas” por El Mercurio.

En los 40 Clotario cultiva nexos estrechos con Luis Alberto Sánchez y, sobre todo, con Manuel Seoane. Ambos son los más representativos cabecillas apristas desterrados en Santiago. El antimperialismo del APRA de entonces nutre a quien fuese, como se sabe, fundador de la CUTCH (Central Única de Trabajadores de Chile). Admira –por otro lado- el proceso mexicano cuyo mayor esplendor se vive con el general Lázaro Cárdenas, pero es adversario de Vicente Lombardo Toledano, marioneta de Moscú en suelo azteca. Observa con simpatía el proceso argentino y saluda 1945 como una aurora cívica en el país de Martín Fierro. Sin embargo, pese a simpatizar con Juan D. Perón no lo acompaña en la empresa de fundar la Alianza de Trabajadores de Latinoamérica ATLAS. Ello porque don Clotario –contra viento y marea- privilegia el sindicalismo sin tutela de Estado y sin control de Partido.

Esto último explica su ruptura en los 60 con el PC por el afán de esa tienda de copar la CUTCH. Antes, en la fase fidelista, durante 1959 abraza la Revolución Cubana. El giro posterior de La Habana a un sistema de Partido Unico bajo tutela de la URSS lo empujan a distanciarse, pese a su inalterable amistad con el Dr. Ernesto Guevara. Hay testimonios de esto en “Adiós al cañaveral” de Matilde Ladrón de Guevara. El antimperialismo y su convicción que nuestra América no es un racimo de naciones, sino una sola nación desmembrada por las clases dominantes y las maniobras de los imperialismos es lo que estimula, en aquel ya distante 1979, a suscribir el Acta Postulatoria de Haya de la Torre no sin antes comentar que el cardenal Samoré –arquitecto de la paz chilenoargentina- le parecía también un excelente candidato.

Hoy en el 105º aniversario de su natalicio el Centro de Estudios Chilenos CEDECH -por mi intermedio- se asocia al homenaje y depositando, de modo simbólico un copihue sobre su tumba, expresa: ¡COMPAÑERO CLOTARIO BLEST, PRESENTE! ¡HONOR A TU MEMORIA!.


17 DE OCTUBRE DE 1945

<hr><h2><u>17 DE OCTUBRE DE 1945</h2></u> Por Pedro Godoy

Los chilenos -prolijamente manipulados por una oligarquía doctorada en zorrería- adolecemos de dos fallas ópticas. Una, vivimos con la pupila puesta en lo lejos: París o Washington así como en Moscú o Berlín. Un puñado las tuvo hasta en Peiping. Lo remoto hipnotiza. La otra opción: contemplarnos el ombligo y creer que el país es "la copia feliz del Edén". Ambas percepciones psicovisuales nos impiden captar la realidad intermedia. Aquí radio y TV dan "noticias de Chile y el mundo"... El mundo es Europa y EEUU. Este fenómeno impide a 15 millones conocer a las repúblicas vecinas y saberse y sentirse suramericanos. Hay mucho más que dialogar al respecto, pero aquí suele ocurrir -y el idioma de Cervantes desenmascara a etnocentricos y "remotistas"- que se bautiza como "exótico" lo que es "autóctono". Nuestros alumnos tienen en sus testas más datos de las Cruzadas que de las guerras de la emancipación y la bigrafía de Bonaparte desaloja la vida y obra de Bolívar..., pero se advierte: lo anotado es apenas uno de miles de síntomas y signos del síndrome.

Esto explica que la epopeya justicialista del "17" sea insuficientemente conocida. Sin embargo, se trata de una fecha histórica y -ojo- no solamente argentina, sino conosureña. Con Eva y Perón el país de San Martín vuelve por sus fueros continentalizadores como en 1810. La gesta de 1945 inaugura una época. Pocos rioplatenses captan que es un hito clave tanto como 1910 para México, 1952 para Bolivia o 1959 para Cuba. Comenzaba un experimento nacional y popular de insospechada trascendencia. Ya en 1946, 24 horas después de su victoria en las urnas, el héroe de aquella jornada convertido en Presidente Electo era entrevistado por periodista mapochino. Al analizar el documento detectamos las inquietudes integradoras del caudillo. Comenzaba una revolución constructivista irradiante. El año pasado -con la participación del cordobés Lizardo Sánchez, en la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile- CEDECH conmemora esta fecha que coincide con el 50º aniversario de la visita de Perón a Chile.

Hoy se evoca la efeméride como propia mientras reitera su fe en el ABC.

Centro de Estudios Chilenos CEDECH.